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Trump desafía a la OMC y amenaza con quitar a China y México el trato especial de países en desarrollo

El presidente de EE UU también amenaza a Francia con represalias por la ‘tasa Google’ tras calificar el impuesto a los servicios digitales de "estupidez"

El preidente Donald Trump en el jardín de la Casa Blanca
El preidente Donald Trump en el jardín de la Casa BlancaMARY F. CALVERT (REUTERS)

Donald Trump no se anda por las ramas cuando expresa su descontento, especialmente cuando se trata de dar voz a su frustración en cuestiones relacionadas con el comercio. Este viernes recuperó uno de sus objetivos preferidos: la Organización Mundial de Comercio. Y lo hizo con una amenaza. El presidente de Estados Unidos da 90 días de plazo para que se avance en la reforma del organismo. Si no se consigue, procederá a tratar a economías emergentes como China, México, Corea del Sur o Turquía como países ricos.

El presidente lanzó un mensaje en Twitter en el que reitera que la OMC está “rota” cuando permite que “países entre los más ricos proclaman ser países en desarrollo” para evitar así las reglas y lograr “un tratamiento especial”. “Nunca más”, exclamó. En este sentido, anunció que ordenó al representante de Comercio Exterior, Robert Lighthizer, que actúe para que “estos países dejen de engañar al sistema a expensas de EE UU”.

En la nota interna en la que Trump ordena evaluar el cambio de designación de los países, el presidente dice que estos países ricos que se hacen pasar por pobres “dañan” a las economías que están en vías de desarrollo y que “necesitan realmente de un tratamiento especial y diferenciado”. China, añade, es el caso que mejor ilustra este “desprecio” a las reglas de la OMC.

La OMC no tiene una definición específica para distinguir a los países más avanzados —desarrollados— de los rezagados —en desarrollo—. Sin embargo, como explica el propio organismo, “la condición de un país en desarrollo supone ciertos derechos” al aplicar las reglas que rigen el comercio internacional, los plazos para la implementación de los acuerdos y, en el ámbito de la asistencia técnica, elevar las oportunidades de acceso a otros mercados. Dos tercios de los 164 miembros entran en ese grupo.

El riesgo que se corre en este momento es que la OMC quede inoperativa el próximo mes de diciembre. En los últimos dos años, el presidente norteamericano Donald Trump ha ido bloqueando una a una las sustituciones de los jueces que han ido retirándose, y se ha pasado de siete a tres jueces. A finales de año, vencerá el mandato de otros dos, lo que hará inviable el funcionamiento del organismo.

Trump mueve ficha un día después de que la Unión Europea y Canadá acordaron crear un mecanismo alternativo a la OMC que les permita resolver sus diferencias ante el riesgo de que el organismo multilateral colapse en caso de que se mantenga el bloqueo de Estados Unidos. El sistema provisional se activaría a partir del 10 de diciembre y se basaría en las reglas actuales de la OMC. Es posible que se acuerde un mecanismo similar con China, India y Brasil.

Ataque contra Francia

Donald Trump lanzó esta advertencia después de arremeter también contra su homólogo francés Emmanuel Macron por el nuevo impuesto a los gigantes tecnológicos, la conocida como “tasa Google”. El mandatario estadounidense considera la medida como una “estupidez” y amenaza con adoptar “acciones recíprocas sustanciales”.

“Francia acaba de imponer un impuesto digital a nuestras grandes compañías tecnológicas”, afirma en un tuit, para después señalar que “si alguien les cobra impuestos, debe ser el país de origen, Estados Unidos. Anunciaremos acciones recíprocas sustanciales a la estupidez de Macron, en breve”, advierte. El mensaje lo cierra diciendo: “El vino estadounidense es mejor que el francés”.

La oficina de Comercio Exterior de EE UU ya anunció hace dos semanas una investigación sobre la medida fiscal francesa, en la víspera de ser adoptada por el Senado. El embajador Robert Lighthizer dijo que le preocupaba que el tributo se dirigiera “de una manera injusta” a las empresas estadounidenses y por eso explicó que la indagación tratará de determinar si el gravamen es discriminatorio y limita o entorpece el comercio.

El GAFA —acrónimo que hace referencia a Google, Apple, Facebook y Amazon— es un impuesto digital del 3% que se aplica a las empresas que facturan más de 750 millones de euros globales al año y, al menos, 25 millones en Francia. París lo considera de “justicia social” y con el gravamen trata de desmarcarse del resto de los países de la OCDE y de la Unión Europea, donde la negociación no avanza.

Si EE UU determina en su investigación que el citado impuesto tiene un impacto negativo, el siguiente paso sería activar un proceso de negociación entre ambos países antes de proceder a imponer aranceles. El presidente Donald Trump lo da prácticamente por hecho, al decir en el tuit que la repuesta se anunciará “en breve”. El mensaje también implica que el vino será uno de los productos afectados.

Trump, sin embargo, modula su retórica a conveniencia. Es conocido que el republicano no tiene mucho aprecio por las compañías tecnológicas y lo puso de manifiesto horas antes con un mensaje dirigido a Google, a la que señala por la relación que tiene con China. Dejó caer que eso podría representar una preocupación para la seguridad nacional. “Si lo hay”, dice, “lo sobremos. Espero que no”.

Y dentro de las tecnológicas también suele hacer distinciones entre compañías amigas y enemigas. En el primer grupo entraría Apple. Pero eso no es excusa para hacer concesiones cuando se trata del comercio. En otro mensaje dejó claro que los componentes para fabricar el Mac Pro no se beneficiarán de exenciones a los aranceles, “hacerlos en EE UU y no habrá aranceles”.

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