Los pensionistas vascos vuelven a la carga: se manifiestan en Bilbao para exigir prestaciones mínimas
Piden a Sánchez en una protesta intergeneracional que se fijen salarios mínimos de 1.200 euros y pensiones mínimas de 1.080 euros
"Mi abuela tiene una pensión muy baja y no quiero eso". Centenares de niñas y niños como Izaro, de 11 años, han acompañado hoy a sus abuelos en una nueva exhibición de los jubilados vascos. Bajo un sol considerable, otro lunes, pero esta vez de agosto y en plenas fiestas de Bilbao, decenas de miles de pensionistas han reclamado una pensión mínima de 1.080 euros y han pedido al Gobierno de Pedro Sánchez que les tenga muy presentes ahora que se aproxima la decisión sobre el techo de gasto para los presupuestos de 2019.
Cuando las primeras unidades de la manifestación llegaban al edificio consistorial, las últimas estaban a la altura de la Diputación, en torno a un kilómetro de distancia. Según los organizadores se dieron cita más de 25.000, aunque lejos de los 75.000 que los convocantes reunieron el pasado 26 de mayo. "No queremos que al Gobierno se le olvide, ahora que están fijando el techo de gasto de las cuentas públicas, que somos muchos pensionistas en toda España", ha asegurado Carlos Ruiz, de Pentsionistak Martxan, uno de las organizaciones que se han sumado a la manifestación.
Al grito de "pensiones dignas, corruptos no, cuentas en Suiza tampoco", y "los jóvenes de hoy sois los pensionistas de mañana", los convocantes han querido visualizar que el problema de las pensiones no es solo de los mayores, sino también de quienes todavía siguen en la educación básica. Izaro llegó desde la localidad alavesa de Llodio a participar en la manifestación, pero Maider y Maddalen de seis y diez años, lo hicieron con sus padres desde San Sebastián. "Nos han dicho los aitas que los abuelos necesitan ayuda, y hemos venido", ha dicho Maddalen. Ruiz argumentaba por qué se ha convocado deliberadamente una movilización intergeneracional. "Cada vez más gente de diferentes generaciones es consciente de que lo que logremos ahora va a formar parte de su futuro. No solo defendemos las pensiones de hoy y la consolidación de un sistema sólido, sino un salario mínimo de 1.200 euros que recomienda la Carta Social Europea y una pensión mínima de 1080 euros".
Ustaritz, de 10 años, también estaba junto a su "amama" (abuela). "A mi 400 euros que cobra me parecen mucho pero es poco para ella", dice un poco asustado por los gritos de los manifestantes. Las revindicaciones de los pensionistas van desde la subida del IPC garantizada y permanente para todas las pensiones, la derogación de las reformas de las pensiones vigentes, especialmente del factor de sostenibilidad, y la citada pensión mínima de 1080 euros. "Junto a estas hay otras como la exigencia de equiparación de las pensiones de empleadas de hogar al Régimen General de la Seguridad Social", han leído en el comunicado final.
Críticas al PNV
Los pensionistas vascos han criticado al PNV porque defiende un sistema de pensiones públicas, pero complementado con planes privados, las denominadas EPSV, cuyo patrimonio en Euskadi supera ya el 33% del PIB vasco, "muy superior" a los sistemas del Estado (9,5%) y próximo a la media UE - 15 (36%). La manifestación ha concluido con la advertencia de que seguirán concentrándose todos los lunes y que lo harán gobierne quien gobierne: "gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden".
Por otra parte, la Asamblea de Pensionistas de San Sebastián ha celebrado una concentración ante las oficinas de la Seguridad Social del barrio de Riberas de Loyola de la capital donostiarra. Unos 300 jubilados han exigido la revalorización de todas las pensiones de acuerdo al IPC, la derogación del factor de sostenibilidad, el establecimiento del salario mínimo en 1.200 euros y la pensión mínima de 1.080 euros.
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