El Gobierno renuncia a derogar toda la reforma laboral por su debilidad parlamentaria
La ministra de Trabajo dice que serán pragmáticos y aspira a “retocar una serie de temas con consenso político y social”
El Gobierno sabe que no puede echar abajo toda la reforma laboral. No tiene los diputados necesarios. “Tenemos que ser conscientes de que la aritmética parlamentaria es la que es”, ha admitido este miércoles la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, al acabar la reunión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con los líderes de los agentes sociales. Buscará cambios parciales a través de acuerdos “sociales y políticos”. El cambio profundo en una de las normas más criticadas por el PSOE desde la oposición deberá esperar. Valerio ha tratado de presentarlo en positivo, ha anunciado que quiere que agentes sociales negocien para 2020, el último año de esta legislatura si Sánchez llega al final, un “nuevo Estatuto de los Trabajadores del siglo XXI”.
“No es lo mismo estar en la oposición. Tenemos más dosis de pragmatismo. Sabemos el peso parlamentario que tenemos”. Con estas palabras, Valerio ha dejado claro que el Gobierno es consciente de que no puede derogar unilateralmente toda la reforma laboral. Eso no supone renunciar a cambiarla, al menos parcialmente, para eso tendrá que dialogar a dos bandas: con los agentes sociales y con los demás grupos políticos en el Parlamento.
“Hay puntos en los que sí podríamos llegar a un consenso social y político. Podríamos trabajar en acuerdos importantes en materia de convenios”, ha ahondado la ministra, al acabar la reunión que ella y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantuvieron con los secretarios generales de CC OO, Unai Sordo, y UGT, Pepe Álvarez, y los presidentes de CEOE, Juan Rosell, y Cepyme, Antonio Garamendi.
Valerio respondía a una de las valoraciones que hizo Sordo, en la que ha afirmado que “en materia de reforma laboral” Sánchez estuvo “reservón”. “No se ha comprometido a cambiar los elementos centrales de la reforma laboral”, ha señalado el sindicalista.
A pesar de esto, los líderes sindicales, como los de las patronales, salieron con buenas sensaciones del encuentro, que calificaron de “positivo”. Sordo y Álvarez han mostrado cierta comprensión con la falta de compromisos, porque como dijo Sordo, al ser la primera reunión “los temas se abordaron desde una cierta generalidad”.
No obstante, sí que recordaron que su objetivo es cambiar la reforma. “Es necesaria”, ha apuntado Álvarez, “aunque eso no signifique volver necesariamente a 2009”. Los empresarios, por su parte, al hablar de este tema le restaron importancia. “En España siempre ha habido reformas laborales, ha habido 55”, ha minimizado Garamendi, de Cepyme, quien también ha utilizado uno de los argumentos que más han repetido las patronales estos días a modo de petición de prudencia: “Hay más de 7.000 normas laborales”.
La distancia en las posiciones de partida no ha arredado a Valerio en su pretensión de buscar acuerdos parciales, porque, dijo, que había visto muy buena disposición de los sindicatos y los empresarios en la reunión para llegar a acuerdos y que quieren hacerlo en “cuestiones fundamentales” de la regulación laboral. ¿Y qué pasa si no hay acuerdos? ¿Están dispuestos a imponer reformas sin pactos sociales y políticos? La nueva titular de Trabajo ha dejado claro que esa no es su intención. Ha recordado que ella en la oposición criticó mucho el recurso habitual del PP entre 2011 y 2015 al decreto ley.
Para no llegar a ese punto, Valerio ha anticipado, sin fijar plazos, que va a poner en marcha varias negociaciones sobre los temas que se hablaron en la reunión: temporalidad, fraude en la contratación a tiempo parcial, negociación colectiva, riesgos laborales, Inspección de Trabajo o economía sumergida. Alguno de esos puntos suponen cambios sustanciales en puntos clave de la reforma laboral de 2012, pero no una derogación.
Para llegar a ella, o mejor para elaborar un nuevo Estatuto de los Trabajadores, Valerio también ha avanzado que, a medio plazo, quiere poner en marcha negociaciones con los agentes sociales y los grupos políticos. Incluso ha sugerido la posibilidad de constituir una comisión de expertos que hiciera propuestas para la nueva norma que tuviera en cuenta la evolución del mercado laboral en los últimos años y el impacto de las plataformas digitales. A modo de eslogar lo ha resumido así: “Que en 2020 hubiera un Estatuto de los Trabajadores para el siglo XXI”.
En el encuentro también se ha hablado de pensiones, según los sindicatos y Valerio. Los primeros reclamaron la derogación de la reforma de 2013 y más financiación. La ministra, por su parte, se ha felicitado por el acuerdo que se abre paso sobre la actualización de las prestaciones con el IPC y también ha asumido que hace falta más dinero para la Seguridad Social.
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