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tomás pascual | Presidente de FIAB y de Calidad Pascual

Tomás Pascual: “Sube el consumo y los precios; hay margen para subir los sueldos”

"Durante unos años, Pascual se ha dedicado a defender atrás, ahora creemos que hay que atacar", admite el presidente de la empresa láctea

Javier Salvatierra
Tomas Pascual, durante la entrevista.
Tomas Pascual, durante la entrevista.Samuel Sánchez

Hijo del Tomás Pascual que creó un imperio lácteo que llegó a rozar los 1.000 millones de facturación, Tomás Pascual Gómez-Cuétara recibe a EL PAÍS en la sede central de Calidad Pascual, en Madrid, en la que abundan trofeos, reconocimientos y recuerdos de los hitos de la trayectoria de la empresa, que no vive su mejor momento. Se muestra muy locuaz y cambia varias veces de traje: el de presidente de Federación de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), cargo para el que fue elegido en diciembre y que motiva el encuentro, y el de presidente de Calidad Pascual.

Pregunta. ¿Cómo ha sido 2017 para la industria?

Respuesta. El consumo está yendo bien y eso hace que el sector tenga una visión positiva y favorable del año pasado y de las perspectivas a futuro. Hay ciertos riesgos, incertidumbres, pero en 2017 la producción crecerá en torno al 1%, el consumo un 2,5%. Y sobre todo, la exportación sigue yendo muy bien, creciendo al 10%. Y el empleo, casi un 4%.

P. ¿Qué objetivos se marca para 2018?

R. Hay dos grandes objetivos. Por un lado, hacer reconocer el sector de alimentación y bebidas como motor de la economía, que no siempre se reconoce. Y por otro, dar servicio a sus empresas, ayudar, sobre todo a las pymes, a que sean más competitivas, a crecer y desarrollarse en el mercado español y fuera.

P. ¿Digitalización?

R. Es tan importante como otros. Para mi, en el mundo de la alimentación la propuesta de valor es lo primero, y ahí hablas de calidad, innovación, de conocer muy bien al consumidor, saber lo que quiere, responder bien a sus nuevas necesidades. Por ejemplo, ahora mismo, es crítico lo relacionado con la nutrición y la salud. Por eso trabajamos, por ejemplo, en la reducción de azúcares y sales, porque es una demanda del consumidor. [Unos días después de la entrevista, la FIAB anunció planes para reducir el azúcar, la sal y las grasas de 3.500 productos]. ¿Digitalización? Teniendo claro que hay nuevas necesidades y que las empresas nos tenemos que transformar, es obvio que las nuevas tecnologías nos permiten hacer mucho más: la industria 4.0 permite dar mejor servicio de una forma más eficiente y más barata; la tecnología permite llegar al consumidor de forma directa. Y la sostenibilidad, que cada vez interesa más.

P. Ha hablado de nuevas necesidades, ¿cuáles son? ¿cómo percibe al consumidor?

R. Unas tienen que ver con la confianza, seguridad alimentaria, lucha contra el fraude. Otras tienen que ver con nuevos hábitos alimentarios, como la tendencia a la salud. Además, el nuevo consumidor no quiere ser mero espectador y que decidan por él, quiere participar en procesos de decisión, quiere un producto más personalizado. Con la tecnología, que permite desintermediar casi todo, hemos pasado a una situación en la que, como dice Mercadona, el consumidor es el rey.

P. ¿Y qué hace la FIAb en este proceso?

R. Una de las cosas es crear unas reglas de juego claras, que nadie se salte las reglas de juego ni abuse de esa situación. O prestar servicios a las pequeñas y microempresas, que son el 96% del sector, para que lo tengan claro, les facilita contactos para internacionalizarse.

P. ¿Hay algún foco prioritario para la internacionalización?

R. FIAB tiene claro que hay que vender donde se compra. En ese sentido, por hábitos alimentarios, por tamaño de mercado y por poder adquisitivo, Europa y EE UU son los mercados importantes, y China. Pero no hay que despreciar otros, como los emergentes, donde no hay tanto suministro y hay oportunidades. Y tenemos que aprovechar que la gastronomía española tiene muy buena imagen para conseguir que los 80 millones de turistas que vienen cada año consuman luego nuestros productos. Francia o Italia lo hacen mejor.

P. ¿Qué hacen ellos que no hagamos nosotros?

R. Promocionar los productos. En eso está ayudando FIAB, y en que nos conozcan como proveedores. Por ejemplo, un italiano compra aceite español, lo envasa y lo vende mucho mejor. Tenemos que promover que el gran productor del aceite de oliva es España. Y ayudar a que eso lo hagan las propias industrias, no hacerlo solo como país, a veces nos falta también creérnoslo a nosotros mismos.

P. FIAB agrupa a 28.000 empresas, la inmensa mayoría pequeñas o sin empleados. ¿Es conveniente ganar robustez? ¿Cómo?

R. No sé si el español por naturaleza es más individualista, pero nos cuesta asociarnos. Y hay que convencer a las microempresas de que se atrevan. Y cuando vean oportunidades, que sepan gestionarlo. Para eso hay que formar. Como Pascual, nosotros preparamos y formamos a pequeños ganaderos, que vean que su explotación es una empresa, que son empresarios y que si se profesionalizan pueden hacer de eso un modo de vida importante.

P. Las empresas representadas en FIAB tienen casi medio millón de trabajadores, pero solo el 37% son mujeres. ¿Incentivarán más paridad?

R. En comparación con otros sectores manufactureros, es un nivel alto. Pero es un reto. En Pascual, creemos que para afrontar retos complejos y diversos, necesitamos mentes complejas y diversas. Es bueno combinar las capacidades de mujeres y hombres. Venimos de una sociedad con herencias machistas, pero se está produciendo el cambio. Por ejemplo, yo entiendo la conciliación; mi hermano, 13 años menor, la practica. Es la gran diferencia entre una generación y otra.

P. Los sueldos bajaron en el sector en 2016. ¿Es hora de subirlos?

R. Bueno, yo relaciono salarios e inflación. Venimos de una época muy deflacionista en el sector y si bajas los precios tienes que ajustar todo. En las grandes empresas, yo creo que hemos despedido más que bajar salarios. Pero sí, en la medida que el consumo crece y puede haber una recuperación de precios, hay margen para una subida salarial.

P. ¿Qué opina del impuesto a las bebidas azucaradas?

R. No se debe regular el sector de alimentación y bebidas a base de impuestos. Pensamos que son medidas más políticas que a favor de la alimentación saludable. Hay que educar al consumidor, y después, dejarnos que nos autorregulemos. Con la tutela de la administración, si se quiere, pero esta autorregulación ha tenido mucho más efecto que una legislación muy estricta en otros países. Nosotros creemos no hay alimento malo, lo importante son los buenos hábitos alimentarios.

P. ¿Cómo ha dio Pascual en 2017?

R. Al final hemos acabado creciendo un 1,7% en facturación, un poco menos de lo previsto, porque al manantial de Bezoya le ha afectado bastante la sequía. El año ha comenzado diferente, para nosotros todo el problema de la nevada de la AP-6 ha sido agua bendida. Y la caída en el consumo de la leche se ha frenado. Ha ido mejor lo relacionado con la hostelería y peor lo relacionado con la distribución moderna.

P. Iniciaron hace unos años un proceso de desinversiones, para concentrarse en menos marcas.

R. Sí, aquellas marcas o productos donde tenemos una propuesta de valor diferencial, apostamos por ellas, y en aquellas donde hemos dejado de ser referentes, o segundas marcas que no añadan valor, mejor no estar. Se tiene que empezar a notar.

P. Pero está costando mucho...

R. Es verdad. Hasta 2014, estábamos más preocupados por la crisis que por los mercados, teníamos más miedo a desaparecer que a crecer, nos dedicamos a defender atrás. Como empresa no podemos estar contentos. Ahora creemos que hay que atacar.

P. ¿Cómo?

R. Los primeros planes del nuevo CEO [José Luis Sáiz, fichado a mediados de 2016] y su equipo pasan por potenciar el valor de la leche y las bebidas vegetales, recuperar los volúmenes en Bezoya y apostar por el sector de la hotelería, tanto con productos como el café Moccay como con nuestra red capilar de distribución. Y en marketing, renovar la confianza del consumidor, que la gente sepa el valor que tiene nuestro producto, no solo el precio, vender esa diferencia.

"Pedimos que el problema catalán se resuelva cuanto antes"

P. ¿Cómo les ha afectado el proceso soberanista en Cataluña?

R. Respecto a esto, en primer lugar, no nos gustan los boicots. Bastante nos cuesta a las empresas hacer cosas como para que encima se boicotee. Tampoco nos gusta la desunidad del mercado. Y la situación política puede afectar al crecimiento y al consumo. Lo que pedimos es que haya estabilidad, que se resuelva cuanto antes. Como Pascual, nos han caído un poco las ventas por la hostelería en el centro de Barcelona.

P. ¿Ha habido algún problema entre los asociados?

R. No. Nosotros en FIAB tratamos problemas comunes del sector, el boicot, la unidad de mercado, los impuestos... Lo otro ni se ha llevado ni ha salido en los debates. En petit comité les preguntas qué va a pasar, lo que quieres hacerte es una composición sobre la situación, reducir la incertidumbre.

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