El ‘Dieselgate’ estanca las ventas de Volkswagen en Estados Unidos
Los fabricantes registran cinco meses consecutivos con ventas a un ritmo anual superior a las 17 millones de unidades. La demanda está en máximos de una década
La marca Volkswagen está sufriendo un linchamiento sin precedentes desde hace dos semanas en Estados Unidos y eso se está reflejando en las ventas de sus utilitarios. El fabricante alemán entregó 26.141 vehículos a sus clientes durante el mes de septiembre, tradicionalmente uno de los mejores meses del año, lo que representa una caída del 0,6%. Es un ritmo que contrasta con el incremento de doble dígito de sus rivales.
Audi, la otra marca del grupo que opera en Estados Unidos, no se ha visto afectada por el escándalo de las emisiones contaminantes: sus ventas mejoraron un 16,2%, por lo que las ventas conjuntas de ambas marcas mejoraron un 8,4%. La previsión de Edmunds, la mayor firma de analistas del sector, era una caída del 2% en las ventas del grupo y del 7% para la marca Volkswagen. "Agradecemos a los concesionarios y clientes el apoyo que siguen dando a la marca Volkswagen. Seguiremos trabajando con diligencia para recuperar su confianza", dijo Mark McNabb, responsable de operaciones en América.
Las entregas de coches las publican en Estados Unidos cada fabricante por separado. De acuerdo con el goteo de datos publicados, que seguirá este viernes, la industria acumula cinco meses seguidos con ventas combinadas que progresan por encima de 17 millones de unidades anuales. Volkswagen logra de momento aguantar como puede el tipo aunque el impacto del Dieselgate se notará más adelante. Pero si lo que se toma como referencia es agosto, resgistró una caída del 19%.
En el caso de los modelos diésel cayeron un 46%, hasta las 3.060 unidades debido a la suspensión impuesta por el propio fabricante, tras la agencia del medio ambiente acusarle de haber trucado sus coches. Estos modelos venían representando hasta ahora un 25% de las ventas totales de la marca Volkswagen en Estados Unidos, que ahora quedan reducidas a solo el 12%. El fabricante debe indicar ahora a los concesionarios cómo va a sustituir el sistema que instaló para evitar los límites impuestos a las emisiones.
Para poder mantener la confianza de clientes necesita encontrar un complicado equilibrio que le permita cumplir las normas medioambientales sin restar rendimiento y eficiencia a los motores. El mercado estadounidense es clave para poder cimentar su supremacía mundial frente a la japonesa Toyota. Las campañas de publicidad fueron muy agresivas para atraer a un público joven y a las familias, en las que presentaban los coches de cuatro cilindros como limpios y potentes.
Septiembre fue mejor de lo esperado para el conjunto de los fabricantes, gracias a las promociones de Labor Day. Las ventas de Ford Motors mejoraron un 23% en el mejor mes desde 2004. Las de Chrysler lo hicieron un 14% y un 12% General Motors. Los vehículos de gran cilindrada, como los SUV y los pickup, están detrás de este sólido impulso por el abaratamiento de la gasolina.
Los fabricantes japoneses Toyota, Nissan y Honda también registraron el mes pasado un robusto incremento de doble dígito en las ventas, como el de sus tres grandes rivales de Detroit. La alemana BMW, sin embargo, registró solo un incremento del 4%, hasta las 26.608 unidades en el mes de septiembre, pobre cuando se compara con el resto del mercado. Mercedes-Benz estaba aún pendiente de publicar la evolución de sus ventas..
Los analistas anticipaban que las ventas progresaran en septiembre a un ritmo próximo a los 18 millones de unidades anuales. La demanda en agosto fue ya la más alta en una década para la industria del automóvil. Junto a los ahorros a pie de manguera, ayuda que los intereses sigan históricamente bajos y que los bancos estén más abiertos a conceder créditos por la mejora de la economía.
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