“Es más barato que Brasil ayude a Argentina ahora que sufrir después”
Los exportadores exigen un papel más concreto del gobierno brasileño en la crisis argentina
Brasil, el principal socio comercial de Argentina, debería asumir un mayor protagonismo ante la crisis del país vecino, que ganó dimensiones dramáticas durante la negociación con los fondos buitres, afirman varios especialistas entrevistados por el EL PAÍS. A pesar de que el ministro de Hacienda, Guido Mantega, clasificó este jueves como "nulo" el impacto a corto plazo de la suspensión de pagos argentina, los exportadores brasileños están preocupados con una previsible caída de la demanda de sus productos, en un escenario de fuerte devaluación cambiaria y caída de la actividad entre los hermanos comerciales.
La diplomacia brasileña y el Ministerio de Hacienda deberían encontrar una alternativa, según Roberto Gianetti da Fonseca, presidente del Consejo de Comercio Exterior de la Federación de las Industrias del Estado de São Paulo (Fiesp). “Así como los Estados Unidos ayudaron a México en 1995, y Alemania tendió la mano a otros países de la Unión Europea en la crisis de 2009, cabe a Brasil un papel de protagonista y mediador en esta situación”, afirma. “Es más barato ayudar a Argentina ahora que sufrir con la eventual crisis que traerá después”, completa.
Para Fonseca, se necesitan más discursos apoyando al Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en este desencuentro con los acreedores internacionales. “No sé la fórmula, pero Brasil tiene que encontrar una manera creativa de resolver el problema, para ayudar a terminar la crisis en Nueva York”, dice. “Ahora es necesario tener esa confianza de líder regional para no dejar a Argentina entrar en suspensión de pagos”, explica.
José Augusto de Castro, presidente de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil (AEB), sigue la misma línea. El país podría ofrecer, al comienzo, una línea de crédito entre gobiernos, porque en el ámbito empresarial las limitaciones de liquidez serían mayores. El objetivo inicial sería frenar los efectos nocivos que la suspensión de pagos tendría en las relaciones comerciales bilaterales, según el especialista. Argentina es el tercer socio comercial brasileño.
De enero a junio de este año, las exportaciones brasileñas a Argentina cayeron un 20% frente al mismo periodo de 2013. La participación del país vecino en el total de las ventas brasileñas al exterior llegó al 6,7%, ante el 8,1% de los primeros seis meses de 2013. A fin de pagar a sus acreedores y suplir sus necesidades de financiación, el Gobierno argentino se vio contra las cuerdas los últimos años, teniendo que restringir las compras de productos de otros países y generar superávit (cuando el valor recaudado con las ventas al exterior supera el de las importaciones).
Para empeorar aún más las perspectivas, este jueves una segunda agencia de clasificación de riesgo rebajo la nota argentina. A Fitch se unió Standard & Poor's y colocó a Argentina en situación de "suspensión de pagos restringida", reflejando así el vencimiento del plazo para que Buenos Aires llegara a un acuerdo con los acreedores que se negaron a negociar la deuda con descuentos.
“No podemos dejar de considerar el papel que Argentina tiene en las relaciones comerciales con Brasil, y así evitaríamos además abrir otra puerta a la competencia”, añadió Castro, en referencia a la creciente presencia china en Latinoamérica. Según el presidente de la AEB, no sería improbable un escenario en el que Pekín ayudara a financiar a Argentina, robando espacio a Brasil en esa relación. “El país asiático quiere entrar cada vez más en la región y podría condicionar eso a la compraventa de sus productos”, afirma. “Eso dificultaría aún más nuestro comercio”, añade. Ese papel, consecuentemente, sería desempeñado por Brasil.
Para el argentino Roberto Troster, execonomista jefe de la Federación Brasileña de Bancos (Febraban), a diferencia de lo que ocurre con la mayor parte de las naciones, las transacciones comerciales entra Argentina y Brasil se hacen a través de un mecanismo de compensación de las monedas locales y no en dólares. Así, en este momento en que Argentina enfrenta problemas con las divisas norteamericanas –que perjudicarán las importaciones de otras naciones– las empresas brasileñas pueden suplir el mercado del país vecino. “Es una ventana de oportunidades para las empresas brasileñas”, evalúa Troster.
Hasta la víspera del anuncio de la suspensión, la Confederación Nacional de la Industria (CNI) confiaba en el éxito de la negociación entre los argentinos y los fondos buitres. “Argentina es un mercado esencial para Brasil, representa más del 20% de lo que nosotros (el sector industrial) exportamos”, declaraba José Augusto Coelho Fernandes, director de Política de Planificación y Estrategias de la entidad.
Las empresas, sin embargo, ya se preparaban para las consecuencias de la suspensión de pagos, según Fernandes. Entre los riesgos, además de la caída de las ventas al país vecino, calculan eventuales problemas de recibimiento de productos ya exportados. “Las empresas están siempre evaluando escenarios de riesgos, como este. Esto forma parte del juego”, afirma el director de la CNI.
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