Realismo y política económica
España se encuentra protegida por el dique de credibilidad del BCE que paró la fuga de divisas
Los manuales nos enseñan que los agentes económicos toman decisiones influenciados por sus expectativas futuras. Por esta razón, la credibilidad de los Gobiernos sobre la política económica es una variable determinante del desarrollo económico. La actual crisis de emergentes es un experimento. India, con elevados desequilibrios de inflación y déficit por cuenta corriente, sufría una intensa fuga de capitales. Nombraron a Raghuram Rajan gobernador del banco central, economista con gran prestigio internacional, que hizo un diagnóstico acertado, presentó un plan creíble y frenó la fuga de capitales. Kirchner nombró a Axel Kicillof ministro de Economía, economista con gran desprestigio internacional, con un diagnóstico equivocado y sin un plan creíble, y los ahorradores han huido en manada de Argentina.
Por esta razón es tan preocupante el discurso que tiene el Gobierno de España. Desde el Ministerio de Economía los mantras son: que la competitividad y las exportaciones van bien y que la banca está saneada. Pero nuestras exportaciones, según los datos del propio ministerio, llevan cayendo desde el pasado verano. Y nuestra competitividad, según datos del Banco de España, se ha deteriorado. Toda la destrucción de empleo y bajadas de salarios han sido más que compensadas por la apreciación del euro, especialmente contra países emergentes desde el pasado verano.
El otro mantra es que la banca está saneada. Pero el crédito se desploma y nuestras pymes son las segundas de la eurozona que más restricción de crédito denuncian en las encuestas del BCE solo superadas por Grecia. Ya se han publicado los balances de los bancos de 2013 que usará la EBA y el BCE para sus pruebas resistencia del otoño. La morosidad no hipotecaria, más los activos adjudicados y fallidos se aproxima en España al 30%. Y varias entidades superan esa cota. En hipotecas Oliver Wyman en 2012 estimaba que la mora, incluyendo las refinanciaciones, era del 9%. Desde entonces, cientos de miles de españoles han perdido su empleo, su prestación y la mora será significativamente mayor. De manual; falta capital y por eso cae el crédito.
Desde Hacienda el mantra es que el déficit está bajo control. En el presupuesto de 2013 el Gobierno esperaba una caída mínima del empleo y que la tasa de paro acabara en el 24%. El empleo se desplomó y el año acabó con 400.000 parados más de los previstos. Aún no conocemos el déficit de 2013. Cuando hay datos positivos se filtran antes de publicarse oficialmente. Por lo tanto, es altamente probable que el Gobierno haya vuelto a incumplir por enésima vez su objetivo de déficit. Para saber cuál es el verdadero déficit público tendremos que esperar dos años, ya que el Gobierno aún sigue modificando el déficit de 2011 y 2012. La realidad es que los ingresos públicos, como consecuencia de esos errores de previsión, han cerrado 2013 con unos 10.000 millones por debajo de lo previsto. En 2014 el presupuesto espera un aumento de ingresos de 4.000 millones. Hacienda empieza 2014 con menos 6.000 millones menos de lo presupuestado, 70.000 millones de déficit, un billón de deuda pública y sin plan. Y el presidente del Gobierno se permite el lujo de abrir un debate en la sociedad sobre bajadas de impuestos.
España se encuentra protegida por el dique de credibilidad del BCE que paró la fuga de capitales en 2012 provocada por la pésima gestión que nuestro Gobierno hizo de la crisis de Bankia. Hasta la prima de riesgo de Grecia ha bajado. Si ese dique improvisado por el BCE se vuelve a romper, seremos conscientes de lo caro que es para una sociedad una política económica con diagnóstico equivocado y sin un plan creíble.
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