El Banco de España certifica el inicio de otra dura recesión con más paro
El supervisor pronostica que el PIB bajará un 1,5% este año y apenas crecerá un 0,2% en 2013 La recaída se hizo notar ya en los últimos meses de 2011
La recesión está de vuelta. El Banco de España puso ayer el sello oficial a lo que ya anticipaban los servicios de estudios privados, a lo que hoy confirmará el Fondo Monetario Internacional. Apenas dos años después de pasar por la etapa más crítica en la historia reciente, la economía española ha recaído. Y según las nuevas previsiones del organismo supervisor, lo hace con estruendo. El PIB se dejará un 1,5% este año y apenas se anotará un crecimiento raquítico, del 0,2%, en 2013.
A la debilidad de la demanda privada y la restricción del crédito, que empujaron a la Gran Recesión del 2009 (la economía decreció aquel año un 3,7%), se suma en los últimos meses un ajuste fiscal cada vez más intenso. Una combinación que ya empezó a erosionar el PIB entre octubre y diciembre de 2011: según la primera estimación del Banco de España, la actividad trimestral se redujo en ese periodo un 0,3%. Si se confirma el dato -el Instituto Nacional de Estadística tiene la última palabra-, 2011 quedará como el año de la recuperación que no fue, con un avance que apenas llega, de media, al 0,7% en variación interanual. Y con una tasa de paro que no deja de aumentar.
Los expertos del Banco de España creen que la recesión se adueñará de todo este año y que el PIB no empezará a levantar cabeza hasta el arranque de 2013. El vaticinio dibuja una caída menos abrupta (-1,5% ahora frente al -3,7% anterior) y menos prolongada (cinco trimestres de contracción frente a siete) que la de 2009, pero en absoluto una recesión suave. En 1993, la anterior gran crisis española, la actividad cedió un 1% tras cuatro trimestres en números rojos. Y no hay precedentes recientes de una recaída tan acusada en tan poco tiempo, de cómo encajará otro golpe una economía noqueada, que aún no se ha recuperado del último asalto.
El boletín del Banco de España define la nueva recesión como "una confluencia del proceso de ajuste del sector privado con el del sector público". La caída del gasto corriente de las Administraciones y de la inversión en infraestructuras fueron ya los principales motivos del desplome de la demanda interna en la segunda mitad de 2011.
El enorme ajuste fiscal pendiente hará más profunda la recesión, según las cuentas del Banco de España, que da por hecho "el cumplimiento estricto" de los objetivos presupuestarios pactados con Bruselas, que implican bajar el déficit del 8,1% del PIB de 2011 (el Gobierno maneja una estimación algo mayor) al 4,4% previsto para 2012.
El cambio de percepción sobre lo que aguarda a la economía española es extremo: en marzo pasado, el Banco de España pensaba que el PIB crecería en 2012 un 1,5%, ahora cree que se reducirá precisamente en ese 1,5%. Y ha cogido con el pie cambiado al Gobierno. En su primer Consejo de Ministros, el titular de Economía, Luis de Guindos, consideró "a todas luces excesivo" el pronóstico de la patronal de los grandes bancos mundiales, un descenso del 2% en el PIB, solo algo superior a lo que pronostica el Banco de España. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ya apenas oculta sus deseos de que la Comisión Europea opte por un escenario "realista". Es decir, que atenúe la velocidad del ajuste, justo lo que reclamaba el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, en la campaña electoral hace apenas tres meses.
El ajuste se notará en el gasto de las Administraciones (otra vez en el consumo público y en las inversiones en infraestructuras), pero algunas medidas, como la subida del impuesto sobre la renta, anunciada por el Gobierno del PP, tendrán también su impacto en la renta disponible de los hogares. El consumo privado y la inversión empresarial volverán a caer con fuerza.
La aportación del sector exterior se mantiene como única nota positiva, aunque en 2012 se deberá más a la brusca caída de las importaciones (-4,8%), ligada al parón de la demanda interna, que al crecimiento de las exportaciones (3,5%). La tendencia de estos años de crisis culminará en 2013 en un saldo equilibrado de la balanza exterior, cuando hace bien poco (en 2007) arrojaba un déficit equivalente al 10% del PIB.
Lo que no ha dejado de empeorar desde el arranque de la crisis financiera, en 2008, es el mercado laboral. La nueva recesión tendrá un impacto tremendo. Según el vaticinio del Banco de España, el empleo se reducirá otro 3% (más de medio millón de puestos de trabajo), un retroceso superado solo por el terrible 2009 (-6,5%). La tasa de paro se situará claramente por encima del 23%. Y la creación de puestos de trabajo se vuelve a retrasar al segundo semestre de 2013, aunque tampoco bastará para lograr un saldo positivo el próximo año.
La reforma laboral como antídoto al desempleo
El Banco de España cree a pies juntillas en que una reforma laboral ambiciosa y una mayor moderación de los salarios tendría un efecto inmediato en el empleo, incluso aunque la economía entre en recesión. El organismo supervisor asegura que, con estas medidas, habría "una anticipación e intensificación de la generación neta de empleo en el sector privado de la economía".
En el boletín, los expertos del Banco de España no dejan pasar la ocasión para avisar de que la subida salarial sigue siendo excesiva, pese a que pronostican que el incremento de los salarios por ocupado no llegará al 1% en 2012 y 2013. Ni tampoco para precisar lo que serían medidas efectivas en el mercado laboral: "adecuar la remuneración de los puestos de trabajo a su productividad y permitir en un sentido amplio que las condiciones laborales pudieran adaptarse a las necesidades específicas de cada empresa".
En contraste, por la nueva reforma financiera, el supervisor de bancos y cajas pasa sin despeinarse. "Debería mejorar las condiciones de financiación de las entidades de crédito, de forma que estén en una situación más sólida cuando se recupere la economía", apunta.
Seguimiento de las cuentas públicas de las comunidades
"Es preciso mejorar sustancialmente los instrumentos para el seguimiento de las cuentas de las comunidades autónomas". El Banco de España hace referencia así al desvío registrado en el déficit público de 2011, que ha pasado del 6% al 8% del PIB, básicamente por el incumplimiento de los Gobiernos autonómicos.
El Banco de España evita meterse en el debate sobre si hacen falta controles previos de las cuentas autonómicas, como plantea el Ministerio de Economía. Pero sí deja claro que la información suministrada debe ser más precisa y actualizada.
El organismo supervisor cree que los incumplimientos autonómicos se deben más al desplome de los ingresos en el tramo final del año (síntoma de la recesión que se avecina) que al descontrol en los planes de ajuste.
En todo caso, reitera que es "urgente" e "imprescindible" cumplir con el programa de consolidación fiscal, sin hacer concesiones a posibles aplazamientos. El Banco de España insta al Gobierno a presentar un plan detallado de ajuste cuanto antes y tampoco deja de mostrar sus preferencias: mejor recorte de gasto (congelación salarial de los funcionarios incluida) que subida de impuestos.
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