La deuda pública acusa por primera vez la cura de austeridad que comenzó a imponerse hace casi dos años. Las cantidades que adeudan las diferentes Administraciones dejaron de crecer en el tercer trimestre del año, algo que no ocurría desde principios de 2008.
La tentación de la dialéctica estilo Juana de Arco, unida a la estrategia de la cortina de humo, parece haber poseído al inquieto Gobierno francés, que lleva 48 horas despejando balones hacia Gran Bretaña, a quien parece querer culpar de la anunciada pérdida de la triple A, la máxima calificación crediticia.
Después de más de un año de resistir la presión de Bruselas, el West LB, uno de los principales bancos públicos alemanes, se ha visto obligado a tirar la toalla. Desde noviembre de 2010, la entidad ha sido sometida a una estrecha vigilancia por parte de los funcionarios de Competencia, que le exigían la restitución de 3.400 millones de euros de ayudas públicas.
El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, aseguró ayer que crear un banco malo que aglutine los activos tóxicos del sistema financiero español "no es la solución" al problema financiero, porque no reactivará la concesión de crédito y cargará con los costes de la reestructuración a los españoles.
Es raro encontrar una reunión de profesionales del ladrillo que no acabe con una alusión al mercado del suelo como el mayor problema que arrastran tanto las empresas promotoras como las entidades financieras que han ido acumulando ingentes masas de terrenos.