"No me iré aunque me multen"
Con el sol cayendo a plomo, un mínimo biquini negro, tacones de infarto y el maquillaje desdibujado en el rostro por el sudor, la mujer, prostituta de carretera, es rotunda. "No me iré aunque me multen", sostiene apostada en una rotonda en una carretera secundaria en Gavà (Baix Llobregat). Jamás lo han hecho, añade, y asegura no temer a los agentes ni sus sanciones.