"El PSC no será la muleta a la izquierda en la que se apoye CiU"
Con 24 horas de diferencia el PSC ha votado contra los presupuestos de la Generalitat y no se ha opuesto a que se tramite la ley ómnibus, que desmonta parte de la obra del tripartito. El expresidente y primer secretario del PSC, José Montilla, opina que ambas cosas son compatibles y aboga por alcanzar acuerdos con CiU.
Pregunta. ¿Cree que se entiende el bandazo del PSC de esta semana en el Parlament?
Respuesta. No ha habido bandazo. Hemos votado no a los presupuestos porque el Gobierno no los quiso negociar con nosotros, sino con el PP. Los presupuestos comportan unos recortes sustanciales de derechos sociales, deterioran los servicios públicos y recogen una fiscalidad más regresiva. Y con la ley ómnibus, lo que hemos hecho es facilitar su tramitación absteniéndonos en la toma en consideración porque el Gobierno ha accedido a tres peticiones nuestras: dejar fuera del proyecto la reforma del sector audiovisual de la Generalitat, tramitar mediante una ley específica los temas relacionados con el urbanismo y abordar solo en tres leyes las medidas destinadas a mejorar la regulación y simplificación de procedimientos administrativos y la dinamización de la economía.
"No creo en la tabla rasa. Debe haber renovación y continuidad"
"La gente no me habla más que del grupo propio", dice sonriendo
"Seguimos teniendo serias discrepancias en el contenido de la 'ley ómnibus''
"No hubo ni una sola voz disonante cuando se pactaron los dos tripartitos"
P. ¿Quiere decir que no comparten el contenido de las tres leyes, pero que basta con trocearlas para que las apoyen?
R. Aunque coincidamos en algunas cosas, tenemos discrepancias muy importantes en el contenido de esas leyes, como se verá en los centenares de enmiendas que presentaremos durante la tramitación parlamentaria.
P. ¿Sigue pensando, como dijo en una carta a militancia, que la ley ómnibus ataca a la arquitectura social de Cataluña?
R. Tal como estaba configurado el proyecto, sí. Ahora hay temas que han quedado fuera y en su momento el PSC fijará su posición, pero sobre el contenido de estas tres leyes, repito que tenemos discrepancias.
P. ¿Cree que se entiende ese cambio de postura?
R. No ha habido cambio de postura. Lo que no vamos a hacer es una oposición sistemática diciendo no a todo, porque eso es propio de formaciones políticas radicalizadas o minoritarias. Un partido de gobierno, aunque esté en la oposición como el PSC, ha de ser capaz de buscar acuerdos. Nosotros no nos hemos ido ni nos iremos al monte, pero eso no quiere decir que no planteemos una oposición firme y dura.
P. A veces parece que el PSC no tiene rumbo y que todavía no se ha repuesto de las severas derrotas de las autonómicas y las municipales
R. No es verdad. No hemos pactado los presupuestos porque lo que quería CiU era un cheque en blanco. Se nos ha acusado de radicales, pero lo que querían era un contrato de adhesión. Ahí no nos encontrarán, ya tienen al PP. En la ley ómnibus han cedido a nuestros planteamientos y por eso no presentamos enmienda a la totalidad.
P. ¿Les ha utilizado CiU para compensar el pacto con el PP en los presupuestos?
R. A ellos les interesa aparecer como capaces de pactar con unos y con otros, pero nuestra estrategia no vendrá determinada por eso, porque nos haría aparecer como un partido que está sistemáticamente a la contra.
P. ¿Está diciendo que renuncia al frentismo?
R. No hemos de aparecer como un partido frentista, pero tampoco con el papel que algunos nos quieren adjudicar. Parece que CiU quiere un muleta a la derecha con el PP y una muleta a la izquierda con el PSC. Nosotros no estamos para ayudar a CiU, sino a Cataluña. Y no siempre lo que defiende CiU es lo que es bueno para el país.
P. ¿Fue un error el segundo tripartito, como dicen ahora algunos cargos del PSC?
R. Cuando se pactó el primer y el segundo Gobierno de progreso no hubo en el PSC ni una sola voz disonante. A las hemerotecas me remito. Si algunos lo pensaban en aquel momento, se lo callaron. Hablar del resultado del partido cuando hace bastante tiempo que acabó es muy fácil. Hicimos lo que el partido decidió por unanimidad.
P. ¿Porqué abjuró de la obra de Govern d'Entesa?
R. Yo no abjuré de la obra de mi Gobierno. La defendí y la sigo defendiendo. Lo que dije es que no lo reeditaría, que es diferente. Nunca dije que el Govern d'Entesa fuera un error, sino que la política de alianzas también había de cambiar. En 2006 ERC estaba por pactar un acuerdo de financiación, que acabó avalando, y por desarrollar el Estatuto, pero en 2010 concurrió a las elecciones poniendo como condición imprescindible un referéndum por la independencia. Era una condición inasumible.
P. El PSC ha vivido bajo su liderazgo las mayores cotas de poder y su peores derrotas. ¿Cómo vive esa dualidad?
R. El PSC está viviendo una etapa de cambio de ciclo político y el PSOE también está en su cota más baja. Nunca había tenido tan pocos gobiernos territoriales ni municipales, ni unas expectativas de voto tan bajas. No se trata de decir que esto se debe solo a la crisis global. Hay causas que son nacionales y catalanas, pero no somos ajenos a la crisis de la socialdemocracia europea. El PSC estaría aún más preocupado si nuestros vecinos y amigos del PSOE hubieran ganado las elecciones autonómicas y locales. No quiero decir que no sea necesaria la reflexión crítica, porque todos hemos cometido errores. Hemos de renovar nuestros proyectos y los equipos, pero yo no creo que el PSC tenga que ir al diván. ¡Que vayan los que lo necesiten!
P. ¿Ahora empiezan una larga travesía que puede ser muy, muy larga?
R. Nunca se sabe lo larga que será la travesía. Tenemos que rehacer nuestro proyecto político en clave catalana, aunque yo creo que el PSC está en condiciones de ganar las próximas elecciones generales. Algunos nos querrían ver muertos, pero tenemos mejor salud de lo que muchos piensan.
P. ¿Zapatero ha de convocar elecciones ya?
R. No me gusta dar consejos de ese tipo ni me gustaba que me los dieran. Las legislaturas están para agotarlas. Estamos hablando de tres o cuatro meses arriba o abajo. Dependerá de si hay o no mayoría parlamentaria para continuar las reformas y de si el coste político es asumible. Supongo que estos factores y la situación económica y financiera pesarán en la decisión de la fecha.
P. ¿La renuncia de Carme Chacón ha desmontado la estrategia del PSC?
R. En absoluto. Había personas que esperaban que fuera candidata, pero en su momento dijo que no. Hizo lo correcto.
P. ¿Miquel Iceta es su candidato para sustituirle?
R. Hay personas que se han insinuado, pero todavía no hay candidatos. Ya veremos al final cuántos se presentan. Cuando lo hagan, en su momento, daré mi opinión.
P. ¿José Zaragoza ha de seguir en el núcleo duro de la dirección?
R. Eso del núcleo duro me hace mucha gracia. Lo que pase lo ha de decidir el congreso. Solo sé que yo no estaré. En la dirección ha de haber cambio y renovación, pero también continuidad. No creo en las soluciones de tabla rasa, nunca han sido buenas ni las ha practicado el PSC.
P. ¿Se cerrará de una vez el debate sobre el grupo parlamentario propio en el Congreso?
R. Hay una gran preocupación en la calle por ese tema, a mí la gente no me habla de otra cosa . El PSC ha de visualizar más sus opiniones y propuestas allí donde pueda, también en Madrid. De lo que se trata es de tener voz propia, que se puede tener con o sin grupo.
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