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El calvario de los hijos de la dueña de 'Clarín' se acerca al final

Las pruebas de ADN descartan vínculos con los desaparecidos

Soledad Gallego-Díaz

Prueba tras prueba, el cotejo de los datos genéticos de los hijos adoptados de la dueña de Clarín, el mayor grupo de comunicación de Argentina, ofrece el mismo resultado: no hay ninguna señal de que sean hijos de desaparecidos durante la dictadura militar, tal y como han insinuado durante años las Abuelas de Plaza de Mayo y los Kirchner. La última comprobación, con las familias que denunciaron el secuestro de bebés nacidos entre 1975 y 1976, era la más importante porque los hijos de Ernestina Noble nacieron en 1976 o, en cualquier caso, consta que viven con su madre adoptiva desde mayo y julio de ese año. El análisis, negativo, fue hecho público el pasado viernes por la noche.

Los hermanos Noble lamentan esta fuente de "sufrimiento inenarrable"
El kirchnerismo y las Abuelas de Plaza de Mayo se resisten a un resultado negativo

El cotejo de datos, que se realiza en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), tal y como exigieron las Abuelas de Plaza de Mayo, continuará el próximo mes, hasta completar todas las muestras de ADN almacenadas, incluso las relacionadas con casos anteriores y posteriores a esos años concretos. El comunicado oficial hecho público por Abuelas de Plaza de Mayo, que preside Estela de Carlotto, asegura que no se puede hablar de "resultado negativo" porque el cotejo no fue posible en el caso de tres de las 55 familias incluidas en el grupo principal, de las que no se dispone, por el momento, de muestras biológicas suficientes. "Deberá completarse el perfil genético de esas tres familias para determinar si mantienen o no vínculos biológicos con Marcela o Felipe Noble", mantienen.

Las Abuelas insinúan que, aunque la prueba pericial termine siendo totalmente negativa, la asociación mantendrá que el caso Noble siga abierto indefinidamente: "No existe un resultado negativo. Las Abuelas continuamos cautelosas y expectantes a los nuevos cotejos a la posibilidad de que el banco se complete (con nuevos datos)", afirman.

Los hermanos Noble, que tienen en la actualidad 35 años, se mantienen en silencio, aunque explicaron en su momento que se sentían víctimas de una persecución con intereses políticos y su amargura ante el hecho de que su identidad haya sido utilizada descaradamente como un arma en la batalla que enfrenta al Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con el grupo Clarín. "Esta causa ha sido una fuente de sufrimientos inenarrables", se lamentaron.

"Estela de Carlotto y la presidenta de la nación deben pedirles perdón a estos jóvenes, a quienes se causó un daño irreparable", mantuvo Elisa Carrió, de Coalición Cívica, una de las pocas personalidades argentinas que se opuso desde el primer momento a que la ley pudiera obligar a un hijo adoptado a someterse a pruebas genéticas, en contra de su voluntad.

El hecho de que la investigación sobre identidad real de los hermanos Noble no haya discurrido por los mismos canales de privacidad que han rodeado otros casos de posibles "nietos apropiados", sino que haya estado rodeado de una insólita publicidad, alentada desde el Gobierno, hace que ahora un resultado negativo sea de difícil digestión para el kirchnerismo, a pocos meses de las elecciones presidenciales de octubre.

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