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Boi Ruiz acusa a los médicos de pensar más en "su bolsillo" que en la sanidad pública

La tensión con la que la sanidad pública vive los recortes impuestos por la Generalitat subió ayer un grado después de que el consejero de Salud, Boi Ruiz, acusara a los médicos de estar más preocupados por sus ingresos económicos que por el estado de la sanidad pública. Ruiz afirmó en un acto en Madrid que el cierre de quirófanos "es la preocupación principal de los profesionales porque afecta a sus bolsillos". "Nosotros suprimimos los programas de listas de espera por la tarde y los profesionales van a dejar de tener esos recursos complementarios", afirmó, por lo que la oposición de los profesionales "no será tanto por el impacto sanitario que pueda provocar la medida, sino por las repercusiones que tiene sobre sus ingresos".

El alquiler anual de cada una de las seis oficinas en el exterior es de 90.000 euros
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El dardo lanzado por Ruiz fue contestado de inmediato por el sindicato mayoritario Metges de Catalunya (MC), que acusó al consejero de practicar "juego sucio".

"Es totalmente falso que con el recorte que nos caerá encima los médicos estemos más preocupados por los ingresos que por la sanidad, porque si fuera así ya habríamos colgado la bata hace muchos años o nos habríamos ido a trabajar fuera de Cataluña", declaró el secretario general de MC, Antoni Gallego. Este añadió que las declaraciones del consejero de Salud deben entenderse como un intento "a la desesperada" de confundir a la opinión pública, y le exigió que no rehuya sus obligaciones y explique de una vez todas las dimensiones del plan de choque y sus efectos.

Es la primera vez que Ruiz carga contra los trabajadores de la sanidad por su oposición a los recortes, cuya cuantía cifró en unos 1.000 millones de euros, más del 10% del gasto respecto a 2010. La cuantía final, sin embargo, no se conocerá hasta la aprobación definitiva de los presupuestos para este año, actualmente prorrogados, prevista para junio. Hasta el momento, el consejero de Salud había lanzado mensajes buscando la complicidad de todos los trabajadores de la sanidad pública, especialmente los médicos.

Boi Ruiz admitió que espera tiempos duros. "Tras una fase de duelo en la que nadie admite la realidad, pasamos a una época de irritación. Se establecen acciones de resistencia al cambio", afirmó antes de admitir que los recortes tendrán impacto en el empleo: "Es cierto que va a haber puestos que se pierdan, de trabajo flotante (sustitución, interinidad temporal), si hay menos actividad necesitaremos menos gente".

El alcalde socialista de Sabadell y presidente de la Federación de Municipios de Cataluña (cercana al PSC), Manuel Bustos, mostró ayer su rotunda oposición al recorte sanitario. Bustos afirmó que no permitirá que el tijeretazo sanitario afecte a Sabadell y añadió que ha pedido al Gobierno de Artur Mas que, si hay que ahorrar, se cierren las embajadas que la Generalitat tiene en el extranjero, que calificó como "gasto innecesario" en tiempos de crisis.

Los recortes prevén la reducción de 14 millones de euros del presupuesto del hospital Parc Taulí de Sabadell y el retraso de al menos dos años en la construcción del nuevo hospital comarcal Ernest Lluch, en Montcada i Reixac, que tiene que ayudar a descongestionar el Taulí.

Bustos se mostró de acuerdo en reducir el déficit público, pero "en ningún caso poniendo en peligro un servicio primordial como la sanidad". "Cerrar por cerrar, que cierren las oficinas que tienen en Nueva York y en otros países", espetó. El edil lanzó así un dardo a uno de los proyectos impulsado por el Gobierno tripartito (PSC, ERC e ICV).

Cada una de las seis embajadas -Nueva York, Buenos Aires, Londres, París, Berlín y Bruselas- tiene un coste anual de 90.000 euros en alquiler y mantenimiento de instalaciones. Ello no incluye el sueldo del personal ni del delegado, que cobra como un director general, unos 87.500 euros anuales.

Las declaraciones de Bustos llegaron un día antes del encuentro que hoy mantendrán en el hospital Moisès Broggi varios alcaldes socialistas en protesta por el recorte sanitario.

Dos trabajadoras del hospital Vall d'Hebron, ayer en la planta quinta, que está en proceso de cierre.
Dos trabajadoras del hospital Vall d'Hebron, ayer en la planta quinta, que está en proceso de cierre.VALENTINA MARCHANT

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