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Dos ministras reprueban a Dragó por jactarse del sexo con menores

González-Sinde afirma que "el oficio de literato no es un eximente"

Fernando Sánchez Dragó intervendrá hoy en la Feria del Libro de Estambul en una mesa redonda de lo más oportuna: literatura y medios de comunicación. Pero ha estado a punto de no hacerlo. La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, confesó ayer que el Ministerio "habría considerado retirar la invitación" al escritor para que participe en la feria turca tras la salida a la calle de un libro donde confiesa que mantuvo relaciones sexuales en Tokio con dos menores de 13 años, a las que además insulta calificándolas de "zorritas" y "muy putas".

"El oficio de literato no es un eximente para quienes, con sus palabras, por muy hábilmente que estén ordenadas, ofenden, desprecian, se saltan las reglas de convivencia y pisotean, peligrosamente, valores como la igualdad o la no discriminación", afirmó la ministra en su discurso en la feria, que este año cuenta con España como invitada de honor y que, por tanto, cuenta con respaldo financiero del Ministerio de Cultura.

En el libro Dios los cría... y ellos hablan de sexo, drogas, España, corrupción... (Planeta), Sánchez Dragó conversa con el dramaturgo Albert Boadella y, en la página 164, narra así lo ocurrido durante un viaje a Tokio en 1967, cuando el escritor tenía 31 años. Salió del metro y se topó de frente "con unas lolitas de esas -ahora hay muchas- que visten como zorritas, con los labios pintados, carmín, rímel, tacones, minifalda...". Y añade: "Las muy putas se pusieron a turnarse".

La cascada condenatoria no ha cesado desde que se aireó el contenido del libro. Además de González-Sinde, ayer también Leire Pajín, ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, arremetió contra el escritor, que dirige y presenta en la cadena pública Telemadrid el programa de literatura Las noches blancas. Ni la literatura ni otras expresiones artísticas, dijo Pajín, "pueden justificar un comportamiento absolutamente inaceptable como el que hemos conocido", informa Efe.

Pajín, además, dijo que no le sorprendía. "No es la primera vez que Sánchez Dragó hace deliberaciones de estas características", afirmó. La ministra cree que las mayoritarias reacciones de condena son un signo de "esperanza". Sánchez Dragó aseguró, tras las primeras críticas, que el episodio sexual respondía a una ficción y no a un hecho real. "Era un grupo de chicas y chicos. Nos fuimos a tomar un café al lado de la estación de Ikebukuro. Hubo risas, chanzas y coqueteos. Luego cada mochuelo y cada mochuela se fue a su olivo. No creo, además, que tuvieran 13 años, sino algunos más. Era una forma de hablar. Los jóvenes japoneses tienen un aspecto muy aniñado", explicó a este diario días atrás.

Sin embargo, González-Sinde dijo que no creía en "la inocencia de las palabras que defiende Dragó y comparte la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre".

En Estambul, la ministra explicó que su departamento respeta "la libertad de expresión" de los creadores, "pertenezcan a las convicciones políticas del Gobierno socialista o no", como demuestra el que Sánchez Dragó haya participado en otros actos relacionados con la promoción de la cultura española en el extranjero. No obstante, añadió que el Ministerio debe plantearse la participación de autores en eventos que patrocina en los casos en que "la libertad de expresión se extralimita y pasa por encima de la libertad de otras personas y de la consideración y el respeto a los menores".

Mientras tanto, el causante de todo, cuyos libros han sido retirados de algunas librerías en España pero no de los expositores de la Feria de Estambul, se encontraba ayer, según los organizadores de la feria, en la ciudad, aunque no acudió a la inauguración.

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