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El recorte acumulado en I+D ahoga el avance de la ciencia

Los investigadores temen una fuga de cerebros por la caída de la oferta laboral

El sistema de ciencia y tecnología español, tan defendido en todas las instancias como prioritario y clave para el cambio de modelo productivo, acumula una reducción notable de financiación por los recortes de los últimos años. En 2011, con el 7% menos de presupuesto propuesto por el Gobierno, retrocederá al nivel de financiación que tenía cuatro años antes, en 2007, según análisis de los expertos, y ya se oyen voces de alarma. No es que se vaya a paralizar la investigación, ni se colapsarán los laboratorios (al menos los de alto nivel) por falta de fondos. Pero la compresión del sistema puede empezar a ahogarlo si la situación no se remedia, y el año próximo no se va a remediar.

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La comunidad científica llama la atención sobre el recorte de la oferta de trabajo para los científicos, porque supone una seria amenaza de perder a muchos jóvenes bien preparados en una nueva oleada de fuga de cerebros. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) , por ejemplo, reducirá el año que viene la contratación en un 20% y ya está convocando plazas de científico funcionario con una tasa de tres nuevos puestos por 10 jubilados.

"La falta de plazas provocará un éxodo de la ciencia española, o bien a otras tareas en España para aquellos cuyas circunstancias personales no les permita emigrar fuera de España", señala Carlos Duarte, investigador del CSIC. "Y no es cierto que 'en todas partes cuezan habas' porque Alemania ha potenciado el programa de reclutamiento de investigadores, lo mismo que ha hecho Suiza. Y EE UU sigue siendo el gran mercado de trabajo en ciencia".

El recorte presupuestario que el Gobierno propone para el año que viene es de un 7% en toda la I+D+i civil española (un 17,6% en la militar), que abarca varios ministerios. La reducción es del 5,9% en las subvenciones, del 6,9% en los capítulos de gestión, inversiones y personal, y del 7,5% en los créditos, según un estudio de la Federación de Centros Tecnológicos de España (Fedit) .

En el caso concreto del Ministerio de Ciencia e Innovación, sale adelante con un 4% de reducción en los gastos no financieros (destacando el recorte en gastos corrientes, en inversiones reales y en personal, pero también en las subvenciones, hasta un 5,8%, respecto al presupuesto aprobado para 2010), mientras que se congelan los créditos dirigidos a las empresas. Ese 4% es mucho menos dramático que el 15% del año pasado e inferior a la disminución media de todos los ministerios (16%). Cristina Garmendia, titular de Ciencia e Innovación, destaca este trato favorable en los presupuestos y afirma que permiten "mantener los fondos de proyectos científicos, becas, contratos, transferencias a los Organismos Públicos de Investigación (OPI) y las ayudas a la innovación en las empresas". El presupuesto global del ministerio asciende a 5.354 millones en la propuesta para 2011, de los que el 60% son créditos. Garmendia destaca que este proyecto de cuentas "es una apuesta política clara del Gobierno por la ciencia y la innovación".

Pero no brilla el optimismo en los centros científicos. Los OPI, que este año han visto recortados sus presupuestos en un 15%, tienen para 2011 una caída del 6% como media.

"El CSIC acumula un recorte del 30% para 2011 respecto a 2008: nuestro presupuesto cayó en 60 millones de euros en 2009 y en 120 millones en 2010", dice el presidente de la institución, Rafael Rodrigo. "Las transferencias que recibimos del ministerio están al nivel de 2006. Para 2011, la reducción prevista del CSIC es del 5,67%, algo más de 41 millones. Si no volvemos al nivel de 2008 vamos a tener problemas. Esto se está poniendo ya peligroso".

Su colega, el director del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) , Cayetano López, señala que la reducción en este organismo ha sido este año del 26% respecto a 2009 (recibe 30 millones de euros menos de Ciencia e Innovación), lo que ha obligado a reducir gastos, a no aumentar el personal y a recortar programas internacionales. Aun así, López señala que para 2011, el presupuesto del Ciemat se congela en el mismo nivel de 2010 (unos 86 millones de euros), "y, a la vista de lo que se esperaba con el plan de austeridad, este es nuestro mejor escenario posible". Pero la situación sigue complicada: "O entramos en la senda del crecimiento o habrá problemas", dice López. "Todos entendemos que este es un periodo en el que se ha abierto un paréntesis y que se tiene que cerrar, pero no sabemos cuándo".

También en los laboratorios se percibe la contracción del sistema. "El recorte acumulado se nota: en los proyectos de investigación del Plan Nacional, en el área de biomedicina, se ha reducido este año la financiación entre el 20% y el 30% este año, pese a que el ministerio dijo que no se reduciría este capítulo", advierte Pere Puigdomènech, director del Centro de Investigación Agrogenómica (Barcelona). La ciencia de alto nivel, explica, necesita equipos avanzados y tecnologías modernas, como tienen los científicos de los países más desarrollados. "Entendemos que la situación económica es difícil y que hay que hacer un esfuerzo", dice Puigdoménech, pero según él hay que avanzar hacia un sistema de calidad científica. "De momento no hay una perspectiva clara".

La actividad de los grupos altamente competitivos, a los que hay que apoyar, no se va a ver alterada por la contención presupuestaria, señala Rodrigo. "Pero el sistema de ciencia no solo se basa en grupos altamente competitivos. Habrá que priorizar", dice. Aun así no quiere que cunda el desánimo: "Hemos podido superar un 2010 muy duro y, en general saldremos de 2011 sin graves problemas", añade.

Los datos que vienen de fuera son preocupantes: la Sociedad Max Planck alemana y el Centro Nacional de Investigación francés (CNRS), que son las instituciones equivalentes al CSIC, no han tenido reducción de presupuestos y ahora los van a aumentar para 2011, advierte Rodrigo.

Juan Lerma, director del Instituto de Neurociencias de Alicante, pone la perspectiva histórica: "Desgraciadamente, y como también sucedió en la crisis de 1992, la pendiente positiva de la inversión en I+D que llevábamos desde 2005, se ha quebrado", señala. "Personalmente, creo que fue un error en 1992, como creo que es un error ahora". Destaca la caída del presupuesto para I+D+i global, pero puntualiza: "Creo un éxito de la ministra Garmendia y de todos los científicos haber logrado dejar fuera a Ciencia e Innovación del Plan de Austeridad".

Un investigador, en el Instituto de Ciencia de Materiales de la Universidad de Valencia.
Un investigador, en el Instituto de Ciencia de Materiales de la Universidad de Valencia.MÒNICA TORRES

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