Dos años de cárcel en Chile para el religioso español que filmó abusos
Arregui se declaró culpable por pornografía infantil y no podrá reducir la pena
Cabizbajo, apenas pronunció monosílabos para declararse culpable. Esperaba alguna clemencia en forma de beneficios penitenciarios que no logró. La justicia chilena condenó ayer al religioso español José Ángel Arregui Eraña, profesor de educación física y miembro de la Congregación Clérigos de San Viator, a 817 días de prisión por almacenamiento de pornografía infantil. El religioso, imputado además en España por abusos a menores, cumplirá su pena íntegra en la cárcel. El juez César Orellana, del II Juzgado de Garantía de Santiago, rechazó la remisión de la condena y cualquier medida de libertad vigilada como las que pedía la defensa. Los abogados de Arregui, de 53 años, no descartan impugnar el fallo ante la Corte de Apelación.
El profesor dejará la congregación de viatores, según sus abogados
Tras la sentencia, Arregui permanecerá cerca de un año y seis meses en la cárcel. Se le descontarán los siete meses que ya ha pasado en prisión preventiva. El español, de 53 años, fue detenido en agosto de 2009 por la policía chilena acusado de almacenar pornografía infantil. Los investigadores encontraron en su casa más de 400 horas de vídeo y 2.000 imágenes de contenido pedófilo.
Con la cabeza inclinada y tapándose el rostro con las manos, Arregui entró en la sala donde se celebraba su juicio. Vestido con un jersey color café y pantalones grises, respondió con pocas palabras al juez. Admitió los hechos de los que le acusaba la fiscal, y aceptó que su juicio se celebrara por el procedimiento abreviado. Así, Arregui se declaró culpable. Una aceptación que supone que no tendrá que afrontar las costas judiciales.
La estrategia de los abogados defensores del religioso se centró en que se le concediera la pena remitida o la libertad vigilada. Argumentaron su buen comportamiento durante su estancia en prisión, y la inexistencia de antecedentes penales en Chile. "Aquí [en Chile] lo vamos a sancionar por lo que hizo allá [en España]", dijo irónicamente su abogado Homero Caldera. El letrado se refería a la imputación del religioso en España por abusos a menores. Y es que, entre el material que la policía halló en su poder, se encontraron decenas de cintas en las que él mismo se había filmado mientras abusaba de niños a los que había dado clase en tres colegios españoles.
La defensa argumentó que el hombre sentado en el banquillo se muestra "altamente arrepentido" de sus delitos. Arregui, aseguró el abogado, renunciará unilateralmente a la Congregación Clérigos de San Viator. La defensa intentó argumentar las debilidades de un hombre que, dijo su abogado, intentó quitarse la vida en 2005.
Según los informes psiquiátricos que expuso la fiscal especialista en delitos sexuales Andrea Rocha, en Arregui prima "un discurso manipulador y minimizado", en el que su necesidad de satisfacción primaria se impone por sobre los demás. El religioso tiene, según los exámenes, una "parafilia del tipo pedófilo". Su personalidad, agregó la fiscal, es "altamente impulsiva" y se caracteriza por rasgos "pasivos, agresivos y asociales".
Tras estos argumentos, el juez rechazó conceder a Arregui ningún beneficio en el cumplimiento de su pena. Su conducta anterior, dijo haciendo referencia a las cintas en poder de Arregui en las que filmaba sus abusos y a otras que el religioso se había descargado de Internet, impiden tener la certeza de que no será reincidente. Arregui no fue acusado de producción de pornografía infantil, aclaró la fiscal, porque ese delito lo cometió con anterioridad en España. "No hay antecedentes de abusos a menores chilenos", dijo.
La justicia española aguarda la notificación de la condena. El juez de Madrid que instruye el caso prevé tomar declaración por videoconferencia a Arregui para decidir si pide su extradición.
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