En tiempos de crisis, despilfarro
Varias infraestructuras quedan sin uso por falta de acuerdo entre Comunidad y ayuntamientos - EL PAÍS examina cinco de ellas, presupuestadas en 20 millones
Los ayuntamientos apenas tienen dinero. Algunos, como el de El Álamo, incluso se han declarado en quiebra en los últimos meses. La Comunidad también se ajusta el cinturón, constriñe sus cuentas. Predica austeridad. Mientras tanto, un reguero de edificios públicos, escuelas, residencias, se quedan abandonados después de haber supuesto inversiones millonarias a sus consistorios y a las arcas regionales a través del Plan Regional de Inversiones de la Comunidad de Madrid (Prisma) u otras subvenciones. No hay dinero o no hay acuerdo para poner en marcha esas infraestructuras que sólo muestran el esqueleto. Terminadas pero vacías, se van deteriorando. Una forma de despilfarro del que EL PAÍS ha escogido cinco ejemplos que suman cerca de 20 millones de inversión, por el momento, inútil. Las administraciones implicadas se echan las culpas unas a las otras. El resultado es que muchos vecinos no pueden disfrutar de esos servicios, algunos de ellos con gran demanda, por lo que tienen que acudir al sector privado.
Rosa Alcalá, diputada regional socialista, exclama no sentirse extrañada por esta circunstancia. Y aún va más allá. "Todas las actuaciones del plan Prisma 2008-2011 están paralizadas. Ningún Ayuntamiento está recibiendo ingresos", explica. "El Gobierno regional dice que el problema es de los consistorios porque no han preparado bien los proyectos, pero lo cierto es que aún no lo han iniciado".
El director general de Cooperación con la Administración Local, Jaime González Taboada, asegura que el Prisma que va entre los años 2006 y 2007 y que asciende a 300 millones de euros está ejecutado en un 99,7%. Tan sólo se han producido problemas en 14 obras que estaban ejecutando empresas constructoras que han quebrado con la crisis económica. Eso ha motivado, según González Taboada, que algunos ayuntamientos hayan pedido prórrogas en los plazos de ejecución, con el consiguiente retraso.
Y pone algunos ejemplos, como el del parque de bomberos de Fuenlabrada, cuya inversión asciende a nueve millones de euros. Ha estado cerrado unos seis meses porque el Consistorio fuenlabreño se ha retrasado en la adjudicación del mobiliario de este edificio. Otro edificio con problemas es una minirresidencia en Las Rozas de Puerto Real, cuyo Ayuntamiento ha tenido problemas con la acometida eléctrica. "La obra ya está entregada y pondremos solución para que abra cuanto antes", recuerda el director de Cooperación con la Administración Local.
González Taboada asegura que se trata de casos muy concretos y problemáticos que deben ser solucionados a la mayor brevedad con la participación de todas las administraciones implicadas.
"Desde luego, ver un edificio cerrado resulta muy difícil de entender para el ciudadano, pero en todos los casos, nosotros, como Gobierno regional, no podemos hacer nada que no venga recogido en el proyecto. Si hay fallos, se deben subsanar cuanto antes, pero sin incumplir el contrato de obra", concluye el director general.
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