Incoherencia

Los condicionantes de la crisis obligan a buscar un equilibrio entre el aumento del gasto social, la necesidad de mantener estímulos a la actividad (especialmente inversiones públicas que compensen la reducción de las privadas) y la conveniencia de no desbocar el déficit. Por ello, no es sorprendente que se hayan producido recortes presupuestarios en determinadas partidas, pero sí lo es que una de las más afectadas sea la de los fondos para I+D+i, que gestionan los ministerios de Educación, Industria, Defensa y, sobre todo, Ciencia e Innovación.

El Gobierno afirma que la cifra total no ha disminuido, pero lo cierto es que para demostrarlo suma créditos, cuyos destinatarios son esencialmente las empresas innovadoras, y los llamados gastos no financieros, que son los que incluyen las subvenciones para las actividades propiamente de I+D, que han disminuido un 15%. Quienes han salido peor parados han sido los organismos públicos de investigación (OPI) dependientes de Ciencia e Innovación, que sufren una disminución media del 13%. Se puede argumentar que estos organismos pueden movilizar sus remanentes, aunque una parte de los mismos ya están incluidos en los presupuestos para el año que viene, pero parece difícil que puedan enjugar una parte significativa de los 204 millones de euros de disminución para el conjunto de todos ellos.

Tampoco la alusión a proyectos específicos para 2010 resolverá el problema del presupuesto básico y consolidado de los organismos, imprescindible para mantener un programa de actividades definido en función de estrategias de largo plazo. El argumento de que en 2011 volverán las aguas a su cauce es dudoso: el presupuesto del que partirán los OPI al iniciar la elaboración del correspondiente a ese año será el que figure en los documentos oficiales de 2010; y tanto si permanecen constantes como si se registra un aumento moderado, estaremos muy por debajo de los últimos años. El camino recorrido a lo largo de tanto tiempo y con tanto esfuerzo se habrá disuelto con la drástica reducción prevista para el año que viene. Las bruscas interrupciones son muy destructivas y de difícil recuperación.

Nos movemos, pues, hacia atrás, lo cual es incoherente con el discurso de que la innovación es "imprescindible para salir de la crisis", en palabras de la ministra Garmendia, y además esencial para salir de ella de forma que propicie un cambio del modelo en favor de otro más competitivo, según Zapatero. El equilibrio entre gasto social extra por el paro y medidas para salir de la crisis y crear empleo significa que ambas prioridades deben modularse de forma que sean compatibles, y que ambas lo sean con el objetivo de moderar el déficit. Ese equilibrio está presente en los discursos gubernamentales, pero si no se refleja en los presupuestos, principal instrumento de actuación pública contra la crisis, se convierte en papel mojado. Queda la tramitación parlamentaria para aclarar y corregir.