El desafío nuclear iraní
El pulso entre Irán y la comunidad internacional ha alcanzado el punto límite. Nunca se ha visto a Irán tan vulnerable ni a las grandes potencias tan unánime y firmemente decididas a emprender acciones en su contra. Ayer, tras conocerse la existencia en ese país de una segunda planta secreta de producción de material atómico, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido amenazaron al unísono.
Irán trataba ayer de minimizar la revelación de que está construyendo una instalación nuclear no declarada en la ciudad santa de Qom, a unos 150 kilómetros de Teherán. A la defensiva, sus responsables aducían haber informado al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
La photo finish de la campaña no puede ser más clara: Merkel debate con Barack Obama y los líderes mundiales sobre la capacidad nuclear de Irán y sobre cómo evitar otra crisis financiera. Los demás se quedan en casa, partiéndose la cara y las manos para arañarle votos a la canciller.
Cuatro piezas componen el mecano de la campaña que hoy toca a su fin. La pieza central es la crisis económica y su más directa derivada sobre lo que hay que hacer con los impuestos. La segunda es la energía nuclear, y en concreto el debate sobre el alargamiento de la vida de las centrales.
José Sócrates, primer ministro y candidato del Partido Socialista (PS), se perfila como el claro vencedor de las elecciones legislativas portuguesas de mañana, con una diferencia en torno a 8 puntos porcentuales, según coinciden las tres últimas encuestas difundidas antes del cierre de la campaña, a medianoche de ayer.
"Espérate, te paso al presidente". Durante un rato, se oye mucho ruido de fondo, gritos, estornudos, sirenas de ambulancia. Por fin, la voz inconfundible de Manuel Zelaya que no espera ni la pregunta: "Esto está terrible, te estoy hablando desde debajo del aparato de aire acondicionado, es la única forma que tengo de respirar.
El Gobierno de Raúl Castro comienza a dar los primeros pasos para desmontar el macrosistema estatal de subsidios y gratuidades sociales, que durante medio siglo han sido símbolo del igualitarismo de la revolución pero que hoy son apreciados como una "carga insostenible".
Compareció convencido de que será absuelto. "Vengo aquí como un hombre inocente y creo que mi inocencia será probada", declaró ayer el ex primer ministro israelí Ehud Olmert a las puertas del Tribunal de Distrito de Jerusalén. Pero lo que nunca podrá evitar es haberse convertido en el primer jefe de Gobierno de este país que comparece ante la justicia imputado por varios casos de corrupción.