Estrellas en mitad de la crisis

Contra las penas económicas, rostros alegres -y a ser posible, famosos-. A la 57ª edición del festival de cine de San Sebastián le habrán recortado un día, 800.000 euros de presupuesto (ahora se maneja con 6,8 millones) y una de las retrospectivas, la dedicada a un autor contemporáneo. Inclusive, se ha quedado sin cóctel de clausura. Pero las entradas se venden mejor que nunca. Desde el pasado lunes ya llevan vendidas 65.000, con récords como el de Malditos bastardos: sus cuatro proyecciones se agotaron en siete minutos. Y esta edición se avecina repleta de visitas interesantes, ilustres y de glamour.

De los primeros en llegar fue Quentin Tarantino, que anoche ya durmió en el hotel María Cristina. Su actor más conocido, Brad Pitt, tenía previsto llegar hoy en avión privado antes de pasar por la alfombra roja y dar una rueda de prensa. Detrás de ellos, a lo largo de los nueve días de certamen, pasearán por los alrededores del Kursaal Ang Lee, Jim Jarmusch, Fernando Trueba, Ricardo Darín, Naomi Watts, Atom Egoyan, Laurent Cantet, Pilar López de Ayala, Terry Gilliam, Robert Duvall, Chiara Mastroianni, Brenda Blethyn o el premio Donostia de este año, sir Ian McKellen, intérprete inglés cuya carrera ha quedado al final marcada por El Señor de los Anillos y X-men. Otra de las galardonas será Maribel Verdú, que mañana sábado recibirá el Premio nacional de Cinematografía.

Habrá menos dinero que nunca, y dos películas menos a concurso, pero por rostros bonitos que no sea. Y si con Pitt llegará Angelina Jolie...