El PNV muestra su acercamiento al PSOE mientras CiU se aleja aún más
Zapatero mima a la izquierda al subir impuestos y recuerda que Merkel lo hizo
El presidente del Gobierno se prepara para un otoño muy duro en el que, según ha anunciado, habrá malos datos económicos, especialmente el índice de paro. Sin embargo, la sesión de ayer, previa al inicio de la negociación de los Presupuestos, dejó una cosa bien clara: el PSOE cuenta ahora con más apoyos que antes del verano, y no parece que la crisis vaya a poner en cuestión su estabilidad parlamentaria. Es más, ahora parece contar incluso con alternativas: una con la izquierda y otra con los nacionalistas vascos.
La noticia más destacada del día en este sentido, la más comentada en los pasillos tras la sesión, a izquierda y derecha del hemiciclo, es el cambio radical de tono del portavoz del PNV, Josu Erkoreka, que dejó bien clara la voluntad de su partido de llegar a un acuerdo con el PSOE. Hace sólo tres meses, tras las elecciones vascas, en las que el PSE desplazó al PNV del Gobierno vasco por primera vez, la relación de estos dos partidos llegó al máximo de tensión, hasta el punto de que los nacionalistas se aliaron en varias ocasiones con el PP en el Congreso y pusieron en dificultades al Ejecutivo, que perdió varias votaciones. Ahora, después del giro de discurso del PNV y la decisión del PSE -aceptada por el PP- de no echar a los nacionalistas de la diputación alavesa, donde están en minoría, todo ha cambiado.
Erkoreka: "Estamos en el mismo barco, debemos actuar con responsabilidad"
Erkoreka no ahorró críticas a la sensación destacada por muchos portavoces de que el Gobierno trabaja con medidas aisladas, sin un plan definido contra la crisis. Pero después de los reproches llegó la declaración de calado político que a nadie le pasó desapercibida: "Todos nos encontramos en el mismo barco y por tanto todos estamos llamados a actuar con responsabilidad para evitar que la nave se hunda irremisiblemente arrastrándonos a todos. Desde la formación política a la que yo pertenezco se lanzó en los albores del verano una oferta de estabilidad institucional y presupuestaria. Mi grupo está dispuesto a explorar con seriedad y sinceridad la posibilidad de compartir estrategias para salir de la crisis económica en el seno de esta Cámara, no sólo en los Presupuestos sino en el resto de las iniciativas del Gobierno".
Esta declaración de intenciones complica la estrategia del PP, que confiaba en apoyarse en PNV y CiU para buscar derrotas parlamentarias del Gobierno y sobre todo para dar sensación de alternativa. Erkoreka aceptó incluso la posibilidad de subir los impuestos, anatema para el PP, siempre que vaya acompañado de recortes del gasto corriente y planes de austeridad -ya anunciados por el Gobierno- y una clara estrategia.
Sin embargo, los populares, siempre atentos a los nacionalistas para encontrar amigos entre los enemigos del Ejecutivo, se llevaron una alegría con el durísimo discurso del portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, que dejó en evidencia el distanciamiento cada vez mayor entre los nacionalistas catalanes -que se han quedado fuera del pacto del nuevo sistema de financiación de las autonomías y están en la oposición en Cataluña- y el PSOE.
Duran lanzó un discurso de contenido y tono similar al que unos minutos antes había expuesto Mariano Rajoy: "En definitiva, estamos y vamos mal, señor presidente. Usted no domina la situación y no merece otra calificación que suspenso en materia de política económica. La política económica de un país necesita dos componentes básicos: medidas concretas y liderazgo. La Alemania de Merkel cuenta con ambos componentes; Reino Unido tiene uno solo: medidas y no liderazgo; y España no tiene ninguno, ni medidas ni liderazgo. Usted, señor presidente, no genera ya confianza".
Duran, como Rajoy, criticó la subida de impuestos y pidió bajadas. Fue el momento que aprovechó Zapatero para responder que Angela Merkel, tan citada por Rajoy y Duran, subió los impuestos en 2006. El IVA alemán pasó del 16% (el tipo que hay en España) al 19%, lo que permitió recuperar las arcas públicas de ese país para políticas sociales, recordó Zapatero.
El presidente utilizó la subida de impuestos para mimar a la izquierda, socio imprescindible para los Presupuestos, que la reclamaba hace tiempo y que se opuso a la fuerte bajada que marcó el PSOE en 2006. Sus portavoces lo agradecieron, pero pidieron más: que intente gravar de verdad a las grandes fortunas. "Somos partidarios de gravar más las mayores fortunas. El agujero de las cuentas públicas no se tapará gravando más las rentas del capital, pasando del 18% al 20%", sentenció Joan Ridao (ERC).
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