Planta 10, medicina interna. Al salir del ascensor, silencio. Ni enfermeras arriba y abajo, ni enfermos dando el paseito de rigor, ni familiares de visita. En lugar de eso, cables que caen del techo y muebles apilados en las habitaciones. La planta 10, definitivamente, está en obras. Sus 24 camas están cerradas desde el 1 de julio y así seguirán hasta el 1 de octubre.
Hace calor. Tanto que la gente se sienta arremolinada, buscando el torrente de aire fresco que sale de los aparatos de aire acondicionado. Están todos encendidos, pero no dan más de sí. Un abanico asoma de un bolso. El sol lleva todo el día pegando fuerte en el techo metálico del centro de salud Adelfas. Y se nota.
¿Qué es un madrileño en verano sin piscina? "Un pollo asado", en palabras de Manuel Cortés, vecino del barrio de la Concepción. Lo dice echado en bañador slip sobre la hierba, goteando sudor, la cara acartonada por el sol. La piscina de verano de su barrio cerró hace dos años.