Euskadi acelera su caída en la crisis
Los expertos avanzan una mayor ralentización del crecimiento y un alza en la destrucción de empleo - Los sindicatos piden al Gobierno más gasto social
Como un mantra que a base de repetirlo se fuera a hacer realidad el lehendakari, Juan José Ibarretxe, reiteró ayer que Euskadi fue el último en llegar a la crisis y será el primero en salir de ella. Más allá del mensaje electoral, la afirmación no viene avalada por los datos. La estructura económica de Euskadi, con un mayor peso de la industria y una presencia reducida de la construcción, ha retrasado aproximadamente un trimestre el impacto de la crisis con respecto al resto de España. Josu Ferreira, profesor de Economía Aplicada de la UPV, explica que históricamente el ciclo económico vasco siempre ha tenido un retardo respecto a España, tanto al entrar en una fase de contracción como de expansión; lo que quiere decir que es muy probable que la economía vasca comience a recuperarse también más tarde.
La escasa presión demográfica frena una mayor alza de la tasa del paro
Los datos del paro confirman esa tesis. Si en agosto (ver gráfico) en el conjunto de España se destruían más empleos que en Euskadi, la tendencia cambió el pasado noviembre. Los sindicatos, antes estas cifras, acusan al Gobierno vasco de esconder la realidad de la economía.
En estos momentos resulta imposible augurar el final del túnel. Joseba Madariaga, profesor del Economía de La Comercial de Deusto y responsable del servicio de análisis de Caja Laboral, ya anticipa una revisión de las previsiones que presentó el pasado diciembre con una horquilla de alza del PIB para Euskadi de entre el 0,2% y el 1%. Su impresión es que las cosas pueden estar cerca del cero y no descartaría un decrecimiento. En este análisis coincide Ferreiro, quien entiende que Euskadi puede mantener un diferencial positivo con el conjunto de España de medio punto y que, por tanto, si la economía española cae por debajo del -0,5%, la del País Vasco entraría también en recesión.
El mayor síntoma de que las cosas están mal lo aporta, sin duda, la marcha del empleo. El ritmo de destrucción es muy alto y nadie se atreve a aventurar un final. Si las cosas van bien, el suelo de la crisis puede llegar a finales de año, pero la destrucción de empleo se alargaría aún unos meses. Ferreiro asegura que la tasa global de paro en Euskadi puede situarse dos puntos por debajo de la del conjunto de España, pero puntualiza que no será debido a una menor destrucción de empleo, que es similar, sino a la demografía. Explica este experto que el paro crece por el empleo que desaparece y por la cantidad de individuos que se incorporan a la población activa. La estructura demográfica en Euskadi y la menor presión de la inmigración hacen que la tasa de paro crezca menos.
El gran drama sería entrar en deflación (una caída de precios), ya que prolongaría la crisis varios años. Madariaga destaca la brusquedad del parón en la actividad, mientras Ferreira apunta que a la hora de hacer frente a la situación Euskadi va a padecer la ralentización de las instituciones propia de todo proceso electoral y de la posterior configuración de nuevo Gobierno.
Considera que no se puede obviar el riesgo de llegar a tasas de paro del 18% o 20%, como en los años ochenta. "Es bastante pesimista pero no es descartable", señala. Y, aunque con las incertidumbres que rodean a una crisis de este calado, recuerda que la economía vasca es más "volátil" que la española. Tradicionalmente, en los momentos de expansión crece más, pero en los de recesión lo hace menos. En otras palabras, no es descartable que decrezca más que el conjunto de España.
Ante este panorama, los sindicatos no solo acusan al Gobierno de inacción, de no defender el empleo, también que le piden un es mayor fuerzo en gasto social. Las centrales nacionalistas y no nacionalistas, habitualmente divididas, observan que son las comunidades autónomas con mayor peso industrial las que están padeciendo el mayor impacto en este momento. El empleo de la construcción, debido a las múltiples iniciativas de obra pública, es poco probable que caiga más, mientras que sí lo es que se siga destruyendo en las industrias, con el consumo bajo mínimos. Un problema que se acrecentaría si se no se soluciona la crisis de liquidez.
La actividad industrial cae un 21,5%
La actividad industrial registró en diciembre pasado un descenso interanual del 21,5% en el País Vasco, según los datos del Instituto Vasco de Estadística-Eustat, una caída que no tiene referentes en las dos últimas décadas. Tan sólo en diciembre el descenso de la actividad del sector respecto al mes anterior alcanzó un 6%.
Por territorios, la caída interanual de la actividad industrial fue de un 25,8% en Álava, del 19,9% en Vizcaya y del 20,9% en Guipúzcoa. Las tasas de crecimiento intermensuales (de novimebre a diciembre) también fueron negativas en los tres territorios: en Álava cayó un 10,3%, en Vizcaya un 5,1% y en Guipúzcoa un 4,8%.
Por sectores, el de la energía fue el único que registró un aumento interanual (el 5,4%), mientras que los bienes de consumo experimentaron un descenso de actividad del 18,8%, superado por el de los bienes de equipo (19,3%) y los bienes intermedios (31,0%). La variación intermensual también ha sido negativa para todos los sectores excepto para la energía, que registró un crecimiento del 1,7%. Los bienes intermedios bajaron un 7,7%, los bienes de equipo descendieron un 7,1%, mientras que los bienes de consumo se redujeron un 5,3%. Cerrado el año, el balance del 2008 se ha saldado con un descenso acumulado del 3,4%.
Todos los sectores industriales presentaron variaciones de signo negativo en el acumulado anual, excepto la energía, que ha crecido un 5,0%. Los bienes de equipo han bajado un 2,2%, los bienes intermedios un 5,0% y los bienes de consumo, en su conjunto, disminuyeron un 6,9%. Los tres territorios han dado cifras negativas, con un descenso del 4,1% en Álava, del 2,4% en Vizcaya y del 4,2% en Guipúzcoa.
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