Identificadas potentes mezclas de fármacos en el Ebro

Un equipo de investigadores del CSIC y del Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA) ha desarrollado un método que permite detectar y medir 75 fármacos a la vez en las aguas residuales y de superficie, como ríos o lagos, cuando con los métodos existentes sólo era posible hacerlo con 30. Con el sistema, evaluado en la cuenca del Ebro y en varias plantas de tratamiento, se han detectado potentes mezclas de fármacos de uso común, como el ibuprofeno y la codeína (antiinflamatorios), reguladores de lípidos, betabloqueantes, antibióticos como fluoroquinolonas, el diabético furosemida y antihipertensivos. El trabajo fue publicado ayer en la revista americana Analytical Chemistry.

Estas mezclas de productos químicos llegan a los ríos a través de las alcantarillas tras ser evacuados en el lavabo por sus usuarios.

Detectar un mayor número de fármacos significa "que el riesgo de que se produzcan efectos sinérgicos o de aumento de toxicidad en las aguas es muy superior debido a la mayor variedad de compuestos presentes y a las posibles interacciones entre estos cócteles de fármacos en el medio natural", dice Damià Barcelona, investigador del CSIC y director del ICRA. Por su baja concentración, no afectan a las personas, pero sí al medio ambiente. Por ejemplo, en el río Llobregat las larvas del Chironomus, un pequeño mosquito que no pica, y el gasterópodo Tubifex tubifex "engordan ante la presencia de pequeñas cantidades de antiinflamatorios y metabloqueantes", dice Isabel Muñoz, de la Universidad de Barcelona, que ha realizado otro estudio con la Universidad de Girona.

La presencia de fármacos en las aguas es una asignatura pendiente en el control medioambiental. La Unión Europea limita la presencia de pesticidas en los ríos, pero todavía no ha regulado otros contaminantes, como los fármacos.