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El futuro de Europa

Zapatero anuncia "batalla" para estar en la cumbre financiera mundial

El presidente habló con Sarkozy después de que descartara la presencia española

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, dobló ayer la apuesta y puso todo el prestigio internacional de España en juego para estar presente en la conferencia internacional que, previsiblemente a finales de noviembre en Nueva York, debe poner las bases del nuevo orden financiero global.

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"Debo hacer que mi país esté ahí. Si lo conseguimos, será un mérito del país. Si no lo conseguimos, obviamente ya sé lo que va a pasar", afirmó Zapatero, anticipándose a las posibles críticas. El líder del PP, Mariano Rajoy, le tomó la palabra advirtiendo que "sería muy negativo para nuestra política exterior y para nuestro propio papel en el mundo" que España no participara.

Las luces de alarma se encendieron por la mañana, cuando el presidente francés, Nicolas Sarkozy, dijo en el Parlamento Europeo que "lo más simple es que [los participantes en la conferencia] sean el G-8 [el grupo de países más ricos], que es incontestable, naturalmente con los rusos, al que convendría añadir al G-5", que reúne a las economías emergentes: China, India, Brasil, México y Suráfrica.

Zapatero, que ya la semana pasada en Bruselas expresó públicamente su propósito de acudir a la cumbre, telefoneó de inmediato al jefe del Estado francés. Éste le devolvió la llamada a las cinco de la tarde, en pleno debate presupuestario, y en el curso de la conversación, según fuentes de La Moncloa, se restableció la buena sintonía con Sarkozy, que ejerce la presidencia rotatoria de la UE.

"No hay ningún gobernante europeo con más sensibilidad y más aprecio a España y a su peso que el presidente Sarkozy", proclamó Zapatero en una comparecencia improvisada en el Congreso de los Diputados. Con gestos enérgicos y dosis considerables de vehemencia, dejó claro que dará la batalla -"las batallas no se ganan si no se dan", dijo- para que España forme parte del club de países que sentará las bases del nuevo sistema financiero, ya sea consiguiendo el ingreso en el G-8 o, lo que resulta más fácil, con la creación de un nuevo esquema o estructura en el que ingrese algún otro país.

Zapatero aludió ayer a algún país árabe, en alusión a Arabia Saudí, que representaría al mundo árabe en general y a las monarquías del golfo Pérsico en particular, cuyos fondos soberanos desempeñan un papel muy importante en los mercados financieros.

Zapatero, según fuentes de La Moncloa, no arrancó a Sarkozy un compromiso de que España estará en la reunión; entre otras razones porque aún no se sabe quién enviará las invitaciones. Pero sí se extendió públicamente en el "reconocimiento" que, según Zapatero, Sarkozy tiene por la "octava potencia económica, que no puede estar callada".

Zapatero reconoció que aunque "ningún país se oponga" a la presencia de España, es "muy difícil superar formatos ya establecidos", en alusión a grupos como el G-8, cuya existencia, según recordó, es muy anterior a su llegada a la presidencia del Gobierno y en el que España nunca consiguió entrar aunque José María Aznar se lo planteó como objetivo. A pesar de ello, defendió el derecho de España a participar en esta "cita constituyente", no sólo por su peso económico, sino también porque tiene "cosas que aportar a esta cumbre", como su modelo de supervisión de las entidades financieras, que ha hecho que, mientras en otros países han caído "grandes colosos financieros", en España hasta "la más pequeña caja de ahorros sobrevive", según sus palabras.

Fuentes de Moncloa recordaron que hay dos bancos españoles entre los 16 primeros del mundo y que España es el tercer inversor en el extranjero, tras EE UU y Francia. Hasta ahora, Zapatero ha logrado el respaldo del primer ministro británico, Gordon Brown, quien el día 16 en Bruselas subrayó la importancia de la economía española.

Para conseguir más apoyos, Zapatero decidió ayer modificar su agenda y acudir a la cumbre entre la UE y la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) que se celebra esta semana en Pekín, y a la que tenía previsto enviar a la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.

"Hemos quedado en seguir hablando", dijo ayer Zapatero tras su conversación con el presidente francés. "Seguro que Sarkozy hará bien su trabajo y que España estará en la cumbre".

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la rueda de prensa posterior al debate presupuestario, en Madrid.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la rueda de prensa posterior al debate presupuestario, en Madrid.ULY MARTÍN

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