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El futuro de Europa

Sarkozy llama a evitar la compra de empresas de la UE por extranjeros

Francia propone crear fondos soberanos que ayuden a blindar las compañías

Andreu Missé

Cada día una idea nueva, pero siempre con trasfondo nacionalista. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, sorprendió y hasta encandiló ayer a muchos parlamentarios europeos con otra innovadora propuesta para afrontar la doble crisis financiera y económica que sacude Europa. El presidente de turno de la UE propuso a los demás Estados crear fondos soberanos nacionales para evitar que las grandes empresas europeas caigan en manos extranjeras en un momento en que la cotización bursátil de algunas sociedades se encuentra por los suelos, al 30% de su valor. Con elevadas dosis de optimismo-voluntarismo, apuntó que "la crisis es una ocasión para construir una Europa más eficaz".

"Las bolsas se encuentran a un nivel históricamente bajo", dijo Sarkozy en Estrasburgo, "y no me gustaría", añadió, "que los ciudadanos europeos dentro de unos meses se despierten y descubran que las empresas europeas pertenecen a capitales no europeos que compraron al precio más bajo en las bolsas y se quedaron con la propiedad". Por esto pidió que "reflexionemos sobre la oportunidad de crear también fondos soberanos para nuestros países, que permitirían defender los intereses nacionales y europeos, aprovechando un dinero que no está caro para adquirir activos estratégicos que están devaluados, hasta un 30% de su valor".

El Gobierno alemán manifestó su perplejidad ante la propuesta
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Los fondos soberanos son unos vehículos de inversión de los países exportadores de petróleo, materias primas o manufacturas que se nutren de las reservas oficiales de sus bancos centrales. A finales de 2007 gestionaban unos tres billones de dólares (unos 2,29 billones de euros). Los más potentes son el de Abu Dhabi (875.000 millones de dólares); Singapur (330.000); Noruega (310.000); Arabia Saudí (300.000) y China y Kuwait (con 200.000 cada uno).

La propuesta del líder francés supone un enfoque diferente del mantenido hasta ahora por la Comisión Europea, partidaria de alcanzar un acuerdo con los fondos soberanos existentes sobre transparencia y un código de conducta. Precisamente la ministra de Economía francesa, Christine Lagarde, ha convocado para el próximo consejo de Economía del día 4 de noviembre a varios representantes de los fondos soberanos para intercambiar puntos de vista.

El presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, advirtió de la complejidad de la materia señalando que sobre los fondos soberanos existían posiciones muy distintas. Recordó que mientras Italia pretendía restringir las inversiones de estos instrumentos en su país, España por el contrario había invitado a los países del Golfo a participar en el fondo de ayuda pública español. Barroso consideró interesante la propuesta de Sarkozy, pero precisó que "no podemos dar la idea de que estamos por principio en contra de los fondos soberanos". El jefe del Ejecutivo comunitario admitió, no obstante, que habría que dar alguna respuesta "si hay ataques de depredadores sobre nuestras economías".

Michael Glos, ministro de Economía alemán, manifestó perplejidad ante la propuesta, que consideró "contraria a los fundamentos de nuestra política económica". El portavoz de la CDU, el partido de la canciller, Angela Merkel, calificó de "desproporcionadas" las medidas propuestas.

En su intervención en el pleno de la Eurocámara, Sarkozy desarrolló los principios que en su opinión deben guiar la nueva regulación de las finanzas internacionales como un anticipo de su grandilocuente proyecto de "refundar el capitalismo". Así, señaló que "ningún banco que hubiera recibido dinero público debería poder invertir en un paraíso fiscal". El copresidente de los Verdes, Daniel Cohn Bendit, pidió que "se declarara obligatorio declarar los flujos financieros en los paraísos fiscales".

Sarkozy lanzó de pasada una crítica velada a los países europeos que mantienen todavía el secreto bancario (Luxemburgo, Bélgica y Austria) al señalar que "no vamos a tener credibilidad si exigimos a otros unas reglas que nosotros no cumplimos en nuestra casa".

También mostró su rechazo a los hedge funds, fondos especulativos cuyo interés por el corto plazo puede ser muy perjudicial para las empresas y que manejan miles de millones, "por no estar sometidos a ningún tipo de regulación ni de control". En su opinión, ninguna institución financiera debería escapar a la vigilancia de la inspección. Aseguró que se revisaría la recomendación de la Comisión de 2004 sobre los sueldos de los ejecutivos para evitar la toma de riesgos excesivos.

Las medidas anunciadas por Sarkozy despertaron la ironía del jefe de filas de los socialistas en la Eurocámara, Martin Schulz, quien dijo que el presidente del Consejo "habla como un verdadero socialista europeo al pedir más regulación sobre los mercados financieros". A lo que el dirigente francés replicó, "¿yo me he convertido en socialista? Quizá, pero admitamos que usted no habla como un socialista francés".

El presidente volvió a insistir en su idea de "coordinar las políticas económicas de la UE". Subrayó la contradicción interna al proyecto europeo, al señalar que "tenemos una moneda, un mercado, un Banco Central Europeo, pero no tenemos una política económica europea". Al respecto, se refirió a la iniciativa de Estados Unidos de ayudar a sus fabricantes de automóviles con 25.000 millones de dólares de créditos baratos, sugiriendo que Europa debería hacer algo en este sentido.

Nicolas Sarkozy, durante la sesión del Parlamento Europeo en Estrasburgo.
Nicolas Sarkozy, durante la sesión del Parlamento Europeo en Estrasburgo.ASSOCIATED PRESS

París pide un control europeo único

"No es posible que la zona euro continúe sin un Gobierno económico claramente identificado". Con estas palabras, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, dio ayer un paso más en esta vieja reivindicación de Francia. París aspira desde hace años a establecer algún tipo de control político al más alto nivel en la zona euro.

Ahora, la coordinación política la realizan los ministros de Economía de los 15 países que tienen el euro como moneda, con la participación del comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, y el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet. La reunión del día 15, con la participación de los jefes de Estado y de Gobierno, marcó un precedente que Sarkozy quiere aprovechar. "No podremos pasar los próximos ocho años sin volver a reunirnos", dijo.

Su idea es celebrar reuniones regulares a este nivel, al menos una al año. En su opinión, este Gobierno económico permitiría discutir una política coordinada. "Creo que después de esta crisis, Europa será diferente y mejor. No creo que se pueda gobernar Europa como se hacía antes de la crisis", añadió.

El líder francés, conocedor de las reticencias que causan estas ideas, sobre todo en Alemania, se puso la venda antes de la herida asegurando que estaba "a favor de la independencia del BCE".

El presidente de turno de la Unión insistió en la necesidad de que Europa esté presente en los foros internacionales "con una sola voz". En este sentido, anunció la convocatoria de otra cumbre extraordinaria de la UE para preparar las reuniones mundiales destinadas a refundar el sistema financiero internacional, que debe sustituir las actuales instituciones (FMI y Banco Mundial) constituidas en 1944 en la conferencia de Bretton Woods y que no responden a las necesidades del siglo XXI.

La primera reunión, prevista para después de las elecciones de EE UU, podría celebrarse el 22 y 23 de noviembre. En ella se marcarán los criterios para posteriores encuentros de expertos y supervisores de los bancos centrales y de otras instituciones financieras para que elaboren nuevas normas de regulación.

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