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Reportaje:

Camilleri prescinde de Montalbano y se lleva premio

El Novela Negra RBA distingue a uno de los grandes 'popes' del género

"Esto es un acto de sabotaje de la Mafia", bromeaba ayer desde Palermo Andrea Camilleri ante los problemas que daba la videoconferencia con la que trataba de explicar a la prensa de qué iba La muerte de Amalia Sacerdote. Con esta obra, en la que no aparece su popular comisario Montalbano -"esta vez le he condenado al ostracismo"- , el escritor ha conseguido el Premio Novela Negra de RBA, dotado con 125.000 euros, que va por su segunda edición.

Solucionado el embrollo tecnológico, el autor pudo finalmente explayarse. Aunque su avanzada edad no le permite demasiados ajetreos, no acudió a Barcelona a recoger el galardón, en sus respuestas demostró que vitalidad no le falta. Este reconocimiento le llega además como un regalo, porque mañana cumple 83 años.

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Un escritor del sur

Como es frecuente en su narrativa, Camilleri se ha inspirado en un suceso real para escribir el libro. Esta vez, en un caso conocido como El crimen de Garlasco, que empezó con el hallazgo del cadáver de una joven supuestamente asesinada por su novio y acabó convirtiéndose en un escándalo político en Italia que tocó de lleno a los demócrata-cristianos. "No logro inventar una novela a partir de la nada. Necesito tener un punto de partida. Me baso en las crónicas de sucesos, que las adapto a mi narrativa. Con las novelas históricas me pasa lo mismo. Me basta con leer una frase que me atraiga en un ensayo de historia para escribir toda una obra. De la nada no nace nada", señaló el autor.

La trama de La muerte de Amalia Sacerdote, que se publicará en octubre, transcurre en un ambiente periodístico y un escenario recurrente en sus páginas es la redacción de la RAI en Palermo. Así, el director de la misma se niega a abrir el telediario regional con la noticia de la muerte de la chica, de cuyo asesinato se culpa a su novio, Manlio Caputo, retoño del líder de la izquierda siciliana. Ella también es hija de un político, en este caso del partido rival. Un cadáver que puede traer demasiados problemas, como irá descubriendo el lector al ir apareciendo las conexiones del caso con los poderes económicos, judiciales, mediáticos y políticos de la isla, todos ellos tocados por la corrupción y puestos al servicio de los mafiosos. "Es una tentativa de explicar una cierta situación siciliana, en la que la Mafia tiene relaciones con la política y la banca", señaló el escritor.

El asunto suena a Sciascia, lo que no es extraño porque Camillieri lo reconoce como maestro. "La lección de Sciascia siempre ha estado presente en mi trayectoria. Me siento un escritor que siente el peso de la sociedad que lo circunda. No me gustan las torres de marfil, ni mirarme al ombligo". La realidad, siempre la realidad como bastión, algo que expresó en repetidas ocasiones: "Incluso cuando he escrito mis novelas históricas, he tratado que fueran un espejo de la realidad de hoy"; "Lo que tengo más cercano es lo que mejor entiendo"; "El 99% de mi prosa es interpretación de la realidad; el otro 1%, creatividad"... Y así.

Camillieri, que impulsó una fundación para conceder becas a hijos de víctimas de la Mafia, quiso subrayar su admiración por la literatura española -por algo su personaje más famoso se llama Montalbano- y recordó que el primer premio que recibió, con 19 años, fue uno de poesía con unos versos dedicados a Lorca.

La editorial espera conseguir con esta obra el mismo éxito que cosechó en la entrega inaugural con Una novela de barrio, de Francisco González Ledesma, que lleva vendidos más de 40.000 ejemplares. Camilleri se ha impuesto en un concurso en el que se habían recibido 197 manuscritos, entre los que el jurado quiso destacar también la calidad de Giley, de Julián Ibáñez.

"Libertad, que es lo que nos falta aquí", fue lo último que se le oyó decir al galardonado antes de fundirse a negro la dichosa pantalla de la videoconferencia."Lo que tengo más cercano es lo que mejor entiendo", dice el autor

El escritor italiano Andrea Camilleri.
El escritor italiano Andrea Camilleri.AFP

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