El tripartito pide "serenidad" al Gobierno y negocia una propuesta conjunta con CiU

Empieza el curso político con asignaturas pendientes, como la financiación autonómica. La Generalitat de Cataluña sigue firme en su reivindicación tras rebasar el límite del 9 de agosto que fijaba el Estatuto catalán para alcanzar un pacto. Si el pasado viernes el presidente José Montilla replicaba al Gobierno que "no aceptará imposiciones", el consejero de Economía, Antoni Castells, reclamó ayer al Ejecutivo central "serenidad, sentido común y firmeza" en la negociación.

El dirigente socialista catalán pedía así levantar el pie del acelerador dado que "el clima enrarecido" que se está creando ahora "no interesa". Eso sí, Castells atribuía la procedencia de la mayor parte de "subidas de tono" fuera de Cataluña. Tampoco puso fecha límite para el acuerdo de financiación autonómica pero la vinculó a la negociación de los Presupuestos Generales del Estado. Pero sin ni siquiera mentar la posibilidad de que los 25 diputados que tiene el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) en el Congreso voten contra las cuentas generales.

Castells ultima una propuesta conjunta del tripartito con CiU para volver a negociar con el vicepresidente Pedro Solbes. Se espera que la próxima semana desde Cataluña ya se pueda concretar una posición, según fuentes del tripartito catalán, aunque CiU pone de tope este mismo mes. La Generalitat espera que Solbes mueva ficha.

El líder de CiU, Artur Mas, reclamó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que cumpla "íntegramente" un Estatuto que aprobó, y que no sólo alegue el crecimiento de la población como factor que justifica una reforma del modelo de financiación de la Generalitat. Con este caldo de cultivo, tanto ERC como ICV, socios del PSC, también abogan por la unidad catalana pero con desconfianza, y apuestan porque la negociación presupuestaria sea la llave de la nueva financiación.