Chaparrón sobre la Ley del Cine

De nuevo suenan tambores de guerra en el cine español. La Ley del Cine, que vivió una larga tramitación plagada de enfrentamientos, discusiones y sinsabores, se enfrenta estos días a su último episodio crítico, en forma de una carta de protesta firmada por los productores españoles. Han pasado sólo seis meses desde su aprobación por el Pleno del Congreso de los Diputados, que contó con el respaldo unánime de los grupos políticos, y con la presencia en sede parlamentaria de directores, actores y representantes de todos los sectores, que escenificaron de esta manera su apoyo a la ley tras meses de batalla, y ya se ha abierto un nuevo frente.

La FAPAE denuncia que no se alude a los incentivos fiscales ni a la agencia estatal

El borrador del decreto que desarrolla la ley, elaborado por el Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA), que dirige Fernando Lara, ha levantado en armas a los productores. En su carta dirigida al ministro de Cultura, César Antonio Molina, con fecha 19 de junio, la Junta Directiva de la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales de España (FAPAE), plantea su "firme y unánime oposición" al borrador que les llegó del ICAA y que también ha sido enviado al resto de los sectores de la industria. El plazo para la presentación de alegaciones termina el próximo jueves.

La carta, aprobada por unanimidad por la junta directiva de la FAPAE, asegura que los seis meses transcurridos desde la aprobación parlamentaria de la ley han sido "tiempo perdido". El texto de los productores enumera hasta 13 puntos en contra del borrador del ICAA. En concreto, manifiesta su total desacuerdo con el "no desarrollo" de los incentivos fiscales, un punto en el que tienen puestas todas sus esperanzas para el desarrollo de la industria audiovisual. La ley modificó la norma fiscal para poder desgravar el 18% de las inversiones que realice el sector ajeno al cine, ya sean personas físicas o jurídicas.

Otro de los temas que más ha soliviantado a la FAPAE es el de la ausencia en el borrador de cualquier alusión a la Agencia Estatal de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales, órgano que sustituiría al actual ICAA. Esta agencia, cuya creación está siendo cuestionada por el Ministerio de Hacienda, según fuentes consultadas por este periódico, agilizaría sobremanera todas las competencias del audiovisual, repartidas hoy entre varios departamentos ministeriales. También exigen una mayor contundencia contra la piratería, así como un desarrollo de las nuevas formas de explotación.

Los productores no han entrado a estudiar punto por punto todo su articulado, sino que plantean al ministro de Cultura distintas valoraciones sobre el contenido de lo que califican de "defectos" del borrador, que va claramente, en su opinión, en contra del espíritu del texto aprobado en el Parlamento, y que contó con el apoyo de todos los sectores del cine, excepto el de las televisiones.

El presidente de la FAPAE, Pedro Pérez, aseguró ayer, durante la presentación de la memoria de 2007, que el borrador era "claramente insuficiente", aunque sin ahondar en los aspectos más polémicos y sin hacer pública la carta.. Eso sí, Pérez quiso dejar claro que la FAPAE está de manera decidida a favor de la ley y que su deseo es que se tramite con agilidad, para lo que están dispuestos a negociar con el Ministerio de Cultura. "Estoy convencido de que el texto mejorará completamente", añadió el presidente de los productores.

La dura carta enviada a César Antonio Molina, en la que se habla incluso de la "inseguridad jurídica" que el decreto provoca en el sector, pide un plan de choque que recoja medidas para su aplicación inmediata. Solicitan un nuevo proyecto del decreto para finales de septiembre que "desarrolle con ambición la Ley del Cine y responda a las necesidades del sector y no la conviertan en obsoleta".

Un sector que, según la memoria de la FAPAE correspondiente a 2007, está creciendo, pero de manera moderada. La facturación de la industria audiovisual en 2007 fue de 1.997 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 5,4% con respecto a 2006, año en el que se alcanzó la cifra de 1.868 millones de euros (un 8,2% más que en 2005).

La memoria de los productores españoles también alude al descenso en las ventas internacionales de los productos cinematográficos -"ha crecido el número de operaciones, pero han bajado los precios", aseguró ayer Pedro Pérez-, pero también hay datos para la esperanza. La cuota de mercado del cine español de este año desde el 1 de enero al 6 de junio se ha situado en un 17,08% frente al 8,88% en el mismo periodo de 2007.