La primera gran protesta ante la crisis
Dos días después de que arrancara la huelga indefinida en el transporte por carretera, el Ministerio del Interior ordenó mano dura a las fuerzas de seguridad para desbloquear carreteras, atascadas por camioneros en huelga, y garantizar el abastecimiento a mercados, gasolineras y centros de producción industrial.
Los miembros de piquetes que impidan la circulación se enfrentarán a una acusación formal por desórdenes públicos por parte de las fuerzas de seguridad del Estado. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, explicó ayer que los detenidos (unos 60) se enfrentan a "multas y sanciones".
Atascos a la entrada de las ciudades, estantes semivacíos en algunos comercios, consumidores con miedo a encontrarse las gasolineras secas... Estas imágenes de los últimos cuatro días podrían finalizar si no fuera por una petición de los huelguistas que se ha convertido en el principal escollo para llegar a una solución: la tarifa mínima.
El comercio vive al límite. Muchos productos frescos se han agotado ya en los mercados centrales y en las tiendas. Asedas, asociación que representa más del 50% de la superficie comercial en España, con cadenas como Mercadona, Eroski y Sabeco, asegura que sus centros sólo han podido mover un 10% de los vehículos que normalmente les sirven mercancía.
Los pronósticos oficiales sobre la situación económica resisten cada vez peor el ajuste de cuentas con la realidad, más sombría de lo que imaginaban. El IPC de mayo, que revela una inflación interanual del 4,6%, la más alta en 13 años, dieron ayer la puntilla a la previsión de precios del Gobierno para este año.