La ONU prevé 10 años de alimentos caros
La mayor demanda y el avance de los biocarburantes provocarán alzas de entre el 20% y el 80% en la próxima década - El coste de las importaciones se dispara
El informe anual sobre las Perspectivas Agrícolas Mundiales, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), dibuja un futuro preocupante y peligroso. Los precios de los alimentos se mantendrán muy altos en la próxima década, aunque por debajo de los actuales récords. Serán los habitantes de los países menos desarrollados (muchos de ellos importadores netos de alimentos básicos) quienes pagarán la factura.
Es necesario duplicar la producción mundial antes de 2050
Los precios agrícolas, que ya se han duplicado en dos años, se mantendrán en la próxima década entre un 20% y un 80% más caros que en el periodo anterior, 1998-2007, según el informe presentado ayer. Si se descuenta la inflación, los incrementos oscilarán entre el 10% y el 50%. El arroz y el azúcar subirán más del 30% (un 10%, si se tiene en cuenta la inflación), mientras el trigo se encarecerá un 40% (la mitad, en precios reales).
"En muchos países de bajo nivel de renta, la parte de los ingresos familiares destinada a la alimentación supera el 50%, y los altos precios previstos llevarán a mucha gente a la desnutrición", señala el documento. En Bangladesh, una familia destina un 64% de sus ingresos a la compra de alimentos; en Haití, un 50,3%. Ambos países ya han registrado conflictos sociales a causa de la crisis de los alimentos, que hará que la factura total que pagan los países importadores se encarezca un 26% este año respecto al pasado, hasta un billón de dólares.
La demanda mundial de energía está en el origen del problema. Por un lado, el alza imparable del precio del petróleo afecta a todo el proceso productivo. Por otro, la emergente industria de los biocarburantes y las medidas proteccionistas con las que los países ricos pretenden hacerla progresar, también incide en los precios de los alimentos, según explicó Loek Boonekamp, economista de la OCDE. "Cualquier golpe sobre la oferta, por ejemplo una sequía, incidirá directamente en la inflación, por no hablar de los efectos del cambio climático", explicó el director general de la FAO, Jacques Diouf. Además de las sequías, como la que afectó a Australia y que está en el origen del actual aumento del precio del arroz, se señalan cambios estructurales en la demanda: modificación de la dieta de la población en los países emergentes, como China e India, y los movimientos especulativos de los inversores en los mercados donde cotizan las materias primas. Para afrontar la crisis que se está produciendo, la única solución es la ayuda humanitaria, explicó Diouf.
El director de la FAO también ve aspectos positivos en esta situación, en tanto que abre una puerta de esperanza a numerosos agricultores pobres que podrían beneficiarse de la subida de los precios para aumentar su producción y mejorar sus métodos. "Hay que aprovechar la ocasión para reforzar las capacidades de los países más pobres para que respondan al aumento de la demanda de los productos agrícolas", dijo Diouf. El informe apoya la utilización de las nuevas tecnologías y aborda el tabú de los alimentos genéticamente modificados, mostrándose favorable a este tipo de cultivos.
Los autores del texto consideran que la solución a esta crisis -que confirma las previsiones de la FAO de que es necesario duplicar la capacidad de producción mundial antes de 2050- no pasa por el proteccionismo que tan rápidamente han adoptado los países ricos y algunos no tan ricos. Según el secretario general de la OCDE, Angel Gurría, hay que abrir los mercados y liberar la capacidad de producción. "Las restricciones comerciales tienen a menudo efectos indeseables", explicó, "los subsidios a la exportación agrícola contribuyen a dañar la capacidad y la estabilidad social del medio rural en muchos países en desarrollo".
"Hay que tomar medidas", dijo el director de la FAO, que la semana próxima espera la asistencia de unos 40 jefes de Estado y de Gobierno en la cumbre en Roma de este organismo de Naciones Unidas. De no tomarse medidas a medio y largo plazo, el número de personas que sufren hambre en el mundo, cifrado en la actualidad en 862 millones, podría duplicarse.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.