La UE cambia de táctica y negociará el libre comercio país por país
Los obstáculos de Venezuela llevan a Alemania a abandonar los pactos en bloque
Las dos velocidades también existirán en Latinoamérica. Con la alemana Angela Merkel al timón, Europa ha decidido variar drásticamente su relación económica, y en el fondo también política, con los países de la zona, dando prioridad a unos sobre otros. Aunque la declaración final enfatiza que la prioridad política es lograr acuerdos por bloques, como el Mercosur o la Comunidad Andina, las trabas puestas por Venezuela y Bolivia han llevado a los europeos a optar por la negociación individual del libre comercio.
Europa pone la seguridad jurídica como base de las negociaciones
Hasta ahora, la Unión Europea se había decantado por negociar con los diferentes bloques, pero ha visto cómo Estados Unidos, aún habiendo empezado a negociar más tarde, ha obtenido progresos concretos negociando por separado. La nueva estrategia explica los recientes roces diplomáticos entre Alemania y Venezuela, país interesado en erigirse en portavoz continental.
Estados Unidos ya ha firmado dos Tratados de Libre Comercio con tres de los países más importantes de Suramérica como son Chile, Colombia y Perú, mantiene un mercado común con México, tiene tratados con países centroamericanos y desde hace tres años trata de negociar otros dos acuerdos con los socios menores del Mercosur que son Uruguay y Paraguay.
La estrategia de Washington ha sido ir sumando fichas poco a poco a su estrategia global de crear un área de libre comercio, el ALCA, que vaya desde Alaska a Tierra del Fuego. Por el contrario, la Unión Europea decidió negociar de bloque a bloque, pero el problema es que sus principales interlocutores se encuentran paralizados por las disensiones internas y los resultados no acaban de llegar. Hay un acuerdo con Chile, precisamente un país que no pertenece a ningún bloque regional. Ahora los europeos han aprovechado la V Cumbre UE-Latinoamérica-Caribe, para hacer llegar claro su mensaje. "En la UE sabemos por experiencia que al comienzo fuimos seis miembros, luego 15, hoy 27, y en el futuro seremos más. No siempre podemos esperar al último, a veces también hay que poder avanzar con un solo grupo de países que ya estén dispuestos", advirtió la canciller alemana a las pocas horas de llegar a Lima procedente de Brasil, país al que la Unión considera socio estratégico, una denominación que también ha otorgado a México. Las palabras de Merkel no fueron rebatidas por el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien la madrugada de ayer subrayó en el Palacio de Pizarro de Lima que si bien la postura del Gobierno español es la de negociar por bloques, "estamos dispuestos a facilitar los pasos a los países que más interés tienen" y añadió que, en el caso concreto de Perú, desea que se firme un tratado "cuanto antes".
La abierta declaración de Merkel y la perceptible variación de posición de Zapatero han generado honda preocupación entre dos países que temen quedarse fuera de la mesa de negociaciones, aunque al mismo se caracterizan por adoptar medidas contra intereses europeos. Se trata fundamentalmente de Venezuela (que abandonó la Comunidad Andina y cuyo ingreso en el Mercosur permanece paralizado y Bolivia), cuyo presidente ha cargado las tintas contra Colombia y Perú, ambos miembros de la Comunidad Andina, por haber roto la unidad negociadora con Estados Unidos y disponerse ahora a hacer lo mismo con la UE.
"No es posible que la UE nos diga: o aceptan el formato de Tratado de Libre Comercio con la UE o quedan fuera de la negociación. Es muy grave", denunció Evo Morales. El mandatario boliviano, quien apenas hace dos semanas nacionalizó la principal empresa de telefonía del país, hasta entonces en manos italianas, y ordenó al Ejército ocupar sus instalaciones, acusó al comisario europeo de Comercio, el británico Peter Mandelson, de imponer la política la UE en la región. "Quiero pedir a los hermanos presidentes de la UE que levanten estas imposiciones y busquemos soluciones", finalizó.
En la perspectiva de optar por la negociación individual se enmarca la desautorización de Merkel a Hugo Chávez, cuando la alemana apuntó que el presidente venezolano no es la voz de Latinoamérica y que su influencia "puede dañar durante mucho tiempo las relaciones con Europa".
La UE pone como piedra angular del proceso negociador la seguridad jurídica, una idea repetida en diversos foros en Lima por los representantes de Bruselas. Benita Ferrero-Waldner, comisaria de Relaciones Exteriores, destacó que la región necesita "marcos legales que ofrezcan niveles adecuados de transparencia y seguridad jurídica".
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