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Cárcel para los padres adoptivos de una niña 'robada' en Argentina

Jorge Marirrodriga

Por primera vez en la historia de Argentina un tribunal condenó anoche, hora española, a un matrimonio que había sido denunciado por robo de bebés de desaparecidos por su hija adoptiva. De hecho, la muchacha es en realidad hija de dos personas secuestradas y asesinadas durante la dictadura militar (1976-1983) que no supo de su verdadera identidad hasta hace apenas siete años.

Aunque la fiscalía y la acusación particular, formada por organizaciones defensoras de los derechos humanos, pedían la máxima pena posible, 25 años, el tribunal finalmente condenó a nueve años de prisión a Osvaldo Rivas, el padre adoptivo por robo de bebés, secuestro y falsedad en documento público y a ocho años a María Teresa Gómez Pinto, la madre adoptiva quien ha sido considerada cómplice. La pena más dura, pero todavía muy lejos de lo pedido, fue para el ex capitán Enrique Berthier, quien en 1978 entregó a la recién nacida al matrimonio junto a una partida de nacimiento falsa. El ex militar tendrá que cumplir 10 años de prisión.

"Estoy muy decepcionada con este fallo. Son muy pocos años", declaró una portavoz de las Abuelas de Plaza de Mayo, organización que ya ha logrado que unos 80 hijos de desaparecidos robados hayan recuperado su identidad aunque se estima que en Argentina puede haber otras 500 personas en esta situación. "Esta condena permite que el día de mañana estas personas se crucen con nuestros nietos un día paseando por la acera", subrayó la representante. La acusación particular anunció que recurrirá la condena por considerarla insuficiente.

En cualquier caso el proceso marca un hito histórico. La hija de desaparecidos es Maria Eugenía Sampallo Barragán, quien sólo porta esos apellidos desde 2001, cuando gracias a una prueba genética se pudo determinar que es la hija Leonardo Sampallo y Mirta Barragán, desaparecidos en diciembre de 1977. Ella estaba embarazada de seis meses. Pero hasta ese momento oficialmente había sido la hija de Rivas y Gómez Pinto, una pareja afín al régimen militar. Fue la curiosidad de la niña por su verdadero origen la que desencadenó un proceso que culminó con la recuperación de su verdadera identidad.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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