Un año de vejaciones filmadas
Los jóvenes detenidos en Portugalete colgaron en Internet desde 2006 una decena de grabaciones humillantes del discapacitado y de otros dos hombres
El archivo de vídeos de Youtube muestra que la agresión de los jóvenes detenidos en Portugalete la semana pasada a un discapacitado intelectual no fue un exceso aislado. El abuso que originó la denuncia se produjo en noviembre pero, según pudo comprobar este periódico y corroboró la Ertzaintza, el portal de descargas de vídeos contenía hasta 10 grabaciones del mismo usuario fechadas en 2006, en las que se vejaba al discapacitado, a un indigente y a otro hombre que no ha sido identificado. Youtube retiró los vídeos dos días después de las detenciones y canceló la cuenta al usuario, a quien la policía intenta identificar para detenerlo.
La noticia saltó el pasado 9 de enero, cuando se conoció que la Ertzaintza había detenido a cinco jóvenes e imputado a otros dos en Portugalete. Los hechos denunciados por la propia víctima ocurrieron el 14 de noviembre, cuando los agresores, de edades comprendidas entre los 18 y 22 años, le raparon la cabeza y las cejas con tijeras y maquinilla en la lonja que tenían alquilada en la calle Zunzunegi, en el barrio de Repélega. Ante su resistencia, le ocasionaron contusiones con un palo y cortes por todo el cuerpo, y le amenazaron con darle una paliza si denunciaba la agresión. Se difundió la idea de que el vídeo del incidente se había colgado en Internet, pero la Ertzaintza no llegó a encontrarlo.
La Ertzaintza trata de localizar a la persona que colgó los vídeos
"Son buena gente a la que se le fue la mano", les defiende un conocido
En esa búsqueda, sin embargo, descubrió diversas grabaciones, fechadas en 2006, que revelan que la cuadrilla sometió al mismo hombre durante al menos un año a vejaciones filmadas que no denunció: le jaleaban para que bailara e hiciera imitaciones, le metían en un remolque... La víctima tiene 37 años, vive con sus dos hermanas -sus padres fallecieron-, tiene un grado de minusvalía del 67% y vive del subsidio social que cobra por ello. Solía frecuentar la lonja y mantenía con los agresores una relación basada en el intercambio de favores: obtenía ropa, comida y hachís a cambio de hacerles recados, limpiar y acceder a sus mofas, han señalado a este periódico fuentes de la Ertzaintza.
Personas cercanas a su familia han pedido que se respete su deseo de no aparecer en los medios. Así lo indica también el alcalde portugalujo, Mikel Cabieces, quien telefoneó a los parientes para mostrar su solidaridad y apoyo. "No quieren hablar. Sólo quieren que se haga justicia", señaló.
Otros vídeos tenían como protagonista a un hombre que la policía no ha identificado, a quien rocían el cabello con alcohol y le prenden fuego, a modo de corte de pelo. A un indigente le animan a cruzar la Ría a nado, apuesta a la que accede "a cambio de porros", relatan los jóvenes en el vídeo. Aunque los delitos contra la integridad de las personas están sancionados con penas de cárcel, los detenidos no tienen antecedentes penales, por lo que los policías consultados descartan que terminen en prisión. El próximo paso en las investigaciones será identificar al usuario que colgaba los vídeos y detenerlo.
Vecinos y el propio alcalde informaron de que los jóvenes pertenecen a una pandilla conocida por sus "actos incívicos" y fichada por la Policía Municipal, por lo que su lonja fue cerrada por el Ayuntamiento en diciembre. "Metían mucho ruido. Nos despertaban a las 4 de la madrugada con sus cochazos", señalan dos residentes en la misma calle. El camarero del bar junto a la lonja recuerda a unos "chavales normales" que el único problema que ocasionaban era aparcar los coches en doble fila.
La clientela del otro bar de la calle reacciona nerviosa ante la presencia de los periodistas. Un chaval se va, mientras que el resto le señala como amigo de los detenidos. No conocen a la víctima, pero sí al mendigo, que vive en la calle de al lado, indican. Mientras que la camarera opina que, "aunque metían ruido y hacían apuestas, eran chavales normales", un hombre exclama en tono agresivo: "Son buena gente. ¿Que desfasaron un día y se les fue la mano? Eso le puede pasar a cualquiera".
La violencia juvenil convertida en espectáculo
La grabación con teléfonos móviles de escenas de violencia juvenil se ha convertido en algo recurrente. La semana pasada trascendió que 24 menores propinaron y grabaron una paliza a una mujer en la localidad vallisoletana de Medina del Campo. Youtube ha servido de plataforma para difundir agresiones racistas y casos de acoso escolar.
El popular portal propiedad de Google no hace censura previa, pero retira los vídeos que los internautas marcan como inapropiados. No facilitan datos de los usuarios salvo que lo exija una orden judicial. Fuentes de la Ertzaintza indicaron que la plataforma está colaborando para rastrear el ordenador de quien difundió las vejaciones de Portugalete.
"Toda la sociedad, no sólo los jóvenes, ha banalizado la violencia", indica el sociólogo Javier Elzo. ""Se ve como un juego y se ha hecho de ella un espectáculo: hay que exponerla, grabarla para decir 'esto lo he hecho yo". El sociólogo no atribuye este cambio a los medios de comunicación o a los videojuegos -"mi generación también se crió leyendo cómics violentos", argumenta-, sino a la "ausencia de referentes espirituales, sociales y políticos claros". Además, apunta que, por su conducta, los detenidos son "adolescentes tardíos" que eluden responsabilidades, "sólo viven en el presente" y tienen dificultades para distinguir la realidad de la ficción.
Las mismas fuentes policiales indican que los detenidos no parecen ser conscientes de que hicieron algo malo. "Se escudan en que la víctima consentía todo, pero no se dan cuenta de que una persona con esa minusvalía no tiene la capacidad de saber qué es bueno y qué malo", recalcan.
Estos abusos pueden provocar alarma social, pero la responsable de Educación de la Federación Vasca de Asociaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual (FEVAS), Eguskiñe Etxabe, opina que son incidentes aislados. "Son más los jóvenes que muestran la actitud de protegerles, y los discapacitados suelen sufrir menos acoso escolar que el resto", indica.
Etxabe recalca que las familias tienen que "supervisar permanentemente" el entorno en el que se mueve el discapacitado. "Muchos tienen dificultades para comunicar lo que les sucede, y les cuesta discriminar entre lo que está bien o mal. Para ellos la amistad es que les hagan caso", explica. La policía subraya que, en el caso de la víctima de Portugalete, sus hermanas le cuidan y vigilan, "pero cuando se van a trabajar poco pueden hacer". La solución ante estos fenómenos violentos pasa por "educar en valores sobre el respeto a la diferencia", opina Etxabe.
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