Bush celebra el logro de células madre sin usar embriones
Washington y el Vaticano coinciden en que al fin se concilia ciencia y moral
A la noticia de que se pueden obtener células madre iguales que las embrionarias a partir de la piel le han salido dos fervorosos fans. El primero, la Casa Blanca, que lo ha interpretado como una victoria personal del presidente George W. Bush. Aunque por ahora él no se ha pronunciado al respecto, sus asesores le describen como "muy contento".
Cuando llegó a la presidencia en 2001, Bush restringió duramente la financiación pública a la investigación con células madre. Por orden suya, no podría salir dinero de las arcas federales para experimentar con células procedentes de embriones humanos, aunque estos ensayos podían hacerse si los financiaba la iniciativa privada.
Altos cargos de la Casa Blanca han comenzado a difundir la idea de que gracias a las penurias que Bush impuso a los científicos, estos se vieron obligados a buscar nuevos métodos que ahora pueden complacer a todos. "El presidente cree que los problemas médicos pueden resolverse sin poner en peligro ni los objetivos de la ciencia ni la santidad de la vida humana", anunció ayer la Casa Blanca en un comunicado.
La visión del círculo más cercano a Bush es la de que la ciencia ha progresado gracias a la moral. "Si se establecen unos parámetros razonables y se ofrecen incentivos y financiación, la ciencia al final es capaz de resolver los dilemas y no se tiene por qué seguir con una guerra cultural", dijo al diario The Washington Post Karl Zinsmeister, asesor de Bush en asuntos de política nacional.
No piensa lo mismo James Thomson, padre de uno de los estudios al respecto presentados esta semana. "Yo creo que la polémica política ha retrasado avances significativos durante los últimos cinco años", dijo el martes.
El otro fan de esta nueva técnica está en el Vaticano. El uso de embriones -aun en su estadio más inicial, una pelota de células indiferenciadas que ni siente ni padece- ha sido considerado siempre por la Iglesia católica un atentado contra un ser vivo. Ayer, el canciller de la Pontificia Academia para la Vida del Vaticano, Ignacio Carrasco, valoró como "muy positiva e importante" la demostración de que es posible obtener células madre para regenerar órganos y tejidos sin necesidad de recurrir a la clonación ni utilizar embriones.
Carrasco consideró que, además de ser "un gran paso científico", esta noticia demuestra que muchos científicos se han "tomado en serio" las "objeciones éticas" que planteaba la clonación de embriones. "El investigador también tiene su conciencia ética", subrayó Carrasco, quien también es director del Instituto de Bioética de la Universidad Católica del Sacro Cuore de Roma.
El ministro de Sanidad español, Bernat Soria, quien precisamente saltó a la fama por sus intentos de trabajar en células madre embrionarias, subrayó ayer que cada vez que se produce un avance es porque se aplica el conocimiento obtenido con células madre embrionarias a células madre de origen adulto. "No es casualidad que [los descubrimientos] se realicen en el mismo laboratorio en el que se descubrieron las células madre embrionarias humanas, un trabajo que no se podía haber hecho nunca en España durante el Gobierno del PP, porque estaba prohibido", recalcó.
En opinión de Soria, sin embargo, el debate ético debe mantenerse porque cualquier investigación científica y el ejercicio de las profesiones relacionadas con la salud "deben realizarse dentro de un marco ético".
Augusto Silva, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y Miodrag Stojkovic, subdirector del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia -donde se han creado líneas de células a partir de embriones- destacaron que el trabajo es importante, pero sólo un primer paso que tardará en poder aplicarse a los enfermos.
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