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Portugal sella un acuerdo energético con Venezuela

Lisboa, anoche: último acto de la gira global del comandante Hugo Chávez antes de volver a casa para la campaña del referéndum constitucional del 2 de diciembre. El presidente venezolano cenó con el primer ministro portugués, José Sócrates, en São Bento. La cita fue ultimada por ambos durante la cumbre de Santiago de Chile, antes del rifirrafe con el Rey Juan Carlos. Lisboa, llena de prevenciones, la anuncia como un cambio de impresiones "puramente político" sobre la seguridad de la colonia portuguesa en Venezuela (allí residen más de medio millón de emigrantes).

Pero el brindis sella la alianza estratégica entre las petroleras nacionales, la portuguesa Galp y la estatal venezolana PDVSA. Mientras, Madrid guarda un silencio que apenas esconde el malestar. "Es un no evento, una reunión más, sin ningún efecto en las relaciones Portugal-España", dice el embajador en Lisboa, Enrique Panés. El entendimiento sobre energía Lisboa-Caracas fue auspiciado por el ex presidente de la República, Mário Soares, chavista confeso. "Me limité a abrir las puertas", aclara. "Sólo presenté a Chávez al consejero delegado de Galp, y ellos negociaron".

Lazos con Caracas

Manuel Ferreira, el consejero de Galp, que hizo parte de su carrera en los años ochenta en Petróleos de Venezuela, firmó en octubre esa alianza "flexible" que busca garantizar a Portugal un 30% de su consumo de petróleo y gas a largo plazo. El acuerdo prevé que Galp participe en la extracción y producción de crudo en la franja del Orinoco, y que estudie colaborar en el proyecto Mariscal Sucre de extracción de gas natural en alta mar -un proyecto en el que la petrolera brasileña Petrobras declinó participar hace unos días-. PDVSA utilizará el puerto de Sines para almacenar el combustible que exporta "al sur de Europa". Ayer, antes de la cena, el ministro luso de Economía, Manuel Pinho, y el venezolano de Energía, Rafael Ramírez, firmaron el primer contrato: Venezuela se suma a Argelia y a Nigeria como suministrador de gas natural a Portugal; Galp recibirá 2.000 millones de metros cúbicos anuales. Según Ferreira, se destinarán al mercado ibérico.

La buena relación de Sócrates con el comandante Chávez viene de lejos, aunque Washington no la ve con buenos ojos, y el embajador estadounidense en Lisboa, Alfred Hoffman, calificó la alianza como "peligrosa". Chávez, consciente del peso del voto luso descendiente (1,2 millones de personas, si se suman las de segunda y tercera generación), ha elogiado las dotes políticas de Sócrates. En 2006, utilizó una foto gigantesca en la que aparecían juntos para hacer campaña electoral. Sócrates se quejó y Chávez la retiró.

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