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Dos años de cárcel para 8 farmacéuticos y médicos por fraude con recetas falsas

Dos años de cárcel para cuatro médicos del Instituto Catalán de la Salud (ICS), cuatro farmacéuticos y un representante de productos médicos que defraudaron más de 30.000 euros a la Seguridad Social mediante una trama de falsificación. Los afectados confesaron ayer el delito ante la Sección Tercera de Barcelona y evitaron así el juicio que debía celebarse contra ellos.

Podía haber sido peor, porque la fiscalía solicitaba inicialmente seis años de prisión para cada imputado por un delito continuado de falsificación en documento oficial y otro de estafa. Al reconocer los hechos no llegó a celebrarse el juicio. De ahí que la fiscalía rebajase su petición de pena a dos años de prisión. La pena no comportará el ingreso en la cárcel de ninguno de ellos porque carecen de antecedentes.

Además de los dos años de prisión, los implicados aceptaron también dos años de inhabilitación para trabajar en la Administración pública y el pago de indemnizaciones que globalmente superan los 30.000 euros, la cantidad que defraudaron a la Seguridad Social. La estafa se cometió entre 1999 y 2000 a través de un entramado en el que participaron cuatro médicos del Instituto Catalán de la Salud, un representante de productos de laboratorios farmacéuticos y otros cuatro titulares y encargados de farmacias de Barcelona.

Los facultativos, Humbert Loscertales, Eugenio Morillo, Diego Ortiz y Javier Trallero, entregaron al representante, Javier Martínez, varias recetas de medicamentos caros a nombre de pensionistas del ICS, algunos de los cuales ya habían fallecido en la fecha de prescripción. Posteriormente, el representante médico se puso de acuerdo con los titulares y encargados de tres farmacias de Barcelona, que le proporcionaban los medicamentos a precio de pensionista y, a cambio, se quedaban con un margen de beneficio de aproximadamente el 30% del producto. Los farmacéuticos, Marta Malberdi, Leonardo Leyes, Francisco Miguel González y Ana María García, aceptaron recetas falsificadas que el representante les entregaba y en las que adhería códigos de barras de cajas de medicamentos que estaban destinadas a la promoción del producto y no a su venta. Pero fueron descubiertos.

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