La menor de Camas podrá donar parte del hígado a su hija enferma

Los cinco meses que le faltan para cumplir 18 años no impedirán a Rocío donarle un fragmento de hígado a su hija Noara, de seis meses, aquejada de una malformación hepática congénita. La ley prohíbe a los menores de edad ser donantes vivos, pero un Juzgado de Primera Instancia de Sevilla ha autorizado a Rocío P. LL. a donar parte del suyo a su bebé, tal y como la joven le había solicitado. La juez María Núñez entiende que la falta de capacidad legal de Rocío queda "suplida" por la certeza de que la menor es "plenamente consciente de los riesgos que implica la intervención" y porque ha decidido de forma "libre y consciente" someterse a ella.

Rocío se enteró a bordo de un tren de que la juez había dado el visto bueno para a la donación. La madre, que reside en Camas (Sevilla), llevó ayer a su hija a una revisión en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba. "Ha ido bien, simplemente en la analítica le ha salido algo alto en nivel de bilirrubina", dijo a la salida. Rocío, Noara y su abuela regresaron a Sevilla a mediodía.

"Ahora, si no llega un hígado, recurrirán a mí", dice la madre

Será en el centro médico cordobés el que realizará el trasplante a la niña, que padece una atresia de vías biliares que le impide eliminar la bilirrubina, lo que a la larga desencadena una cirrosis. Todos los especialistas coinciden en que la pequeña necesita un trasplante para sobrevivir.

Tras conocer que la Justicia le da la razón, Rocío quiso dar "las gracias a la juez, al fiscal y a los médicos" que han apoyado su petición. Alrededor del 90% de los trasplantes se hacen con órganos procedentes de personas fallecidas. Pero existen dos excepciones: los casos renales y hepáticos. En el caso de Noara y Rocío, se puede realizar el trasplante de un donante vivo porque el hígado es el único órgano que se regenera, por lo que no es necesario extraerlo entero.

La resolución judicial abre una puerta nueva para Noara, que seguirá inscrita en la lista de espera de donación de hígado procedente de un fallecido. "Ahora, si no llega un hígado, recurrirán a mí", dijo ayer Rocío a las puertas del área Infantil del Hospital Reina Sofía. "Es la cuarta o la quinta revisión a la que venimos", añadió. La siguiente visita está prevista para el 26 de noviembre si no empeora el estado de la pequeña.

El trámite que seguirá el tratamiento de Noara será el mismo que el de cualquier otro caso de trasplante de un donante vivo, según explicó ayer el coordinador autonómico de trasplantes en Andalucía, Manuel Alonso: Rocío comunicará la resolución judicial al hospital Reina Sofía; después, la joven se someterá a estudios analíticos, psicológicos y radiológicos para confirmar la compatibilidad de su hígado con el organismo de Noara; por último, los médicos remitirán al juez un expediente, con los resultados de las pruebas médicas y un informe del comité de ética del hospital.

Cuando tenga toda la información en su poder, el juez tomará declaración al médico que vaya a dirigir la operación de Rocío, al que haya estudiado a la paciente y al coordinador de trasplantes del Reina Sofía. Sí, como se prevé, todos se muestran a favor de la intervención, el juez la autorizará. Rocío tendrá 24 horas para revocar su decisión en el supuesto, poco probable, de que se arrepintiera. Según Alonso, este trámite puede demorarse entre 20 y 30 días.

"Esperemos que en ese tiempo llegue un órgano de un fallecido", explicó Alonso, quien recordó que la donación procedente de un cadáver es "la primera opción" en "todos" los trasplantes. "Pero si no hay órganos podría fallecer en lista de espera", agregó el coordinador de trasplantes en Andalucía. La posibilidad de éxito en el trasplante de un fragmento de hígado de madre a hija es "similar", según Alonso, a las de la donación de un hígado completo procedente de un fallecido.