Una juez obliga a la Generalitat a pagar la asistencia a un niño autista
Tratamiento sanitario privado con cargo a los fondos públicos. Esa ha sido la decisión adoptada por el Juzgado de lo Social número 1 de Granollers (Barcelona), al considerar que el Servicio Catalán de Salud ha de abonar todo el tratamiento que ha necesitado y necesitará en una fundación privada
un niño autista que ahora tiene cuatro años. La juez entiende que como la sanidad pública catalana es incapaz de ofrecer al menor una prestación eficaz debe reintegrar a los padres los 16.716 euros que ya han desembolsado en el niño y todos los gastos que requiera en el futuro.
La sentencia razona que se trata de una "urgencia vital" porque, aunque no sea una situación de vida o muerte, es imprescindible que el menor reciba esta prestación sanitaria y que no hacerlo "incidiría de forma determinante en su dignidad como persona". Es, por tanto, una situación urgente que requiere una respuesta inmediata, dice la juez.
El Departamento de Bienestar y Familia de la Generalitat de la Generalitat catalana reconoció al niño una discapacidad psíquica con una disminución total del 75%. La sanidad pública ofreció al niño una hora semanal de tratamiento para abordar su trastorno. A la vista de ello los padres acudieron entonces a la Fundación Plantea Imaginario, dedicada desde hace 10 años al tratamiento de niños autistas.
Tratamiento positivo
Allí aplicaron al menor al llamado método Lovaas, un tratamiento intensivo con psicólogos, logopedas y pedagogos con un mínimo de 20 horas semanales. La sentencia afirma que el tratamiento que ha recibido el niño desde abril de 2006 ha sido muy positivo y que debe seguir así el tiempo que crean los profesionales que le tratan.
"Se han observado en el niño progresos de las capacidades visuales y espaciales, imitación global y sistemas alternativos de comunicación. Se muestra afectivo con los padres, con iniciativas de contacto y respuesta positiva a las aproximaciones de los progenitores, se fija en los niños, su conducta en la guardería ha mejorado, ya que está menos nervioso, es más obediente y ha adquirido rutinas", asegura un informe del Centro Especializado de Rehabilitación de Personas con Autismo de Cataluña.
Núria Martínez Yeste, la madre del menor, explicó a EL PAÍS que el cambio experimentado por el niño ha sido espectacular, y recordó la pesadilla pasada. "Son muchos meses de lucha para lograr esto. Nos hemos sentido muy solos, porque el sistema público te cierra todas las puertas". El padre, ha abandonado su empleo de mecánico para dedicarse de pleno al menor. La madre trabaja a tiempo parcial en una guardería y el niño le absorbe todo su tiempo libre.
"La sentencia es una victoria moral y estamos muy contentos", explicó la madre. Sin embargo, deberá seguir costeando de su bolsillo el tratamiento porque el Servicio Catalán de Salud ha recurrido y eso paraliza el pago.
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