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Txakoli de Vizcaya entrega por vez primera cartillas a los viticultores

En Getaria no se han repartido aún a todos los productores

La Denominación de Origen (DO) de Txakoli de Vizcaya ha repartido por vez primera este año la obligatoria cartilla de viticultor entre algunos de sus productores. Sin embargo, su homóloga de Getaria no la ha entregado aún a todos los viticultores pese al inicio de las labores de vendimia. Vizcaya asegura que hasta ahora la uva de los productores sin bodega la contabilizaban los bodegueros, algo no previsto en el reglamento.

El pasado año actas de inspección del Gobierno vasco (EL PAÍS, 12-11-2006) detectaban que no se se utilizaban cartillas de viticultor, algo que establecía en su artículo 29 el anterior Reglamento de la DO de Getaria, por ejemplo, en vigor hasta septiembre del pasado año, y que se mantiene en los nuevos de las tres denominaciones. Esta cartilla, sobre la que existe un fuerte control en Rioja, permite conocer el rendimiento real de cada viñedo. Sin cartilla todo queda en manos de la declaración del productor.

La producción de uva resulta, por definición, variable. Los últimos años han sido buenos para el vino. En todo caso, las vendimias de txakoli de los últimos años han sido excelentes, aunque nunca han generado excedentes. Por el contrario, en Rioja, cuyo tope son 45 hectolitros por hectárea, ha habido excedentes.

La denominación de origen txakolí de Vizcaya asegura que el pasado año inició el envío de cartillas de viticultores, aunque algunos productores han recibido por vez primera la cartilla tras inscribirse hace diez años en el registro. Hasta ahora no se realizaba este trámite porque en el caso de los productores sin bodega que vendían parte de su cosecha, eran los bodegueros los que realizaban esta declaración por parte del productor.

Producción propia

Pero ahora el consejo quiere controlar no sólo lo que se vende a la bodega sino también la producción propia de cada productor, tal y como exigen los reglamentos. En las cartas recibidas el pasado mes por los viticultores vizcaínos, se manda una cartilla con los datos de la superficie de viñedo y el rendimiento máximo previsto. Y se insta a realizar la declaración de cosecha, tanto lo que se queda el viticultor como lo que vende a una bodega, antes del 30 de noviembre.

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El consejo de Vizcaya señala que las cartillas deben presentarse con tiempo suficiente "considerando que previsiblemente va a haber un número de bodegas interesadas en presentarse a la primera cata de calificación". Por ello recomienda presentar la cartilla "inmediatamente después de finalizada la vendimia". Ante el retraso previsto este año, recomienda la entrega de las cartillas para el próximo 2 de noviembre.

En Guipúzcoa, el año pasado se comenzaron a utilizar las cartillas. Este año la vendimia ya está en curso, aunque la DO no ha comunicado una fecha de inicio, como en otras temporadas. Pero lo más grave es que no se han repartido las cartillas a todos los productores, creando una situación similar a la denunciada por los inspectores del Gobierno vasco hace un año.

Una cosecha más irregular

Los últimos años han sido especialmente buenos para el txakoli gracias a unas condiciones metereológicas privilegiadas, aunque las primeras estimaciones dicen que la cosecha este año será irregular. Hay viñedos con abundante uva y otros con menor cantidad de la de las últimas temporadas. Este año la inspección corresponde ya a la Fundación Kalitatea, que ha enviado a sus inspectores a hacer un control previo a la vendimia. El principal desafío de los nuevos controladores es identificar que no se comercialice vino sin etiquetas similar al que se vende con marca de bodegas que pertenecen a una denominación de origen. En enero de este año este diario publicó un estudio analítico y de cata que revelaba la identidad de vinos de cuatro marcas de la denominación de origen de Getaria con otros sin etiqueta pero que se vendían como procedentes de estas bodegas.

Es conocido en el sector que cuando hay excedentes es posible comprar un buen vino, que no se debía comercializar, sin etiqueta a un precio razonable. Sin embargo, en la denominación de origen Getariako Txakolina no ha habido excedentes y, aunque las cosechas eran estupendas, no llegaron en pasadas campañas a los 13.000 kilos de uva por hectárea que les permite el reglamento de la denominación de origen. Existen muchos rumores y sospechas sobre la procedencia de los vinos. Muchas quejas de barra de bar e incluso entre diferentes productores. Lo que sí es constatable es que se han comercializado botellas de bodegas de la denominación sin etiquetas.

Ahora corresponde a la Fundación Kalitatea verificar que no se repiten las anomalías de pasados años, que ya se identificaron en actas de inspección levantadas por funcionarios del Gobierno. En ellas, una y otra vez, se recogen irregularidades en las bodegas que impiden saber a ciencia cierta la cantidad de uva que se recoge y de vino que se produce.

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