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Comienza la extracción del pescado de la nave de Albal

El alcalde confía en que la retirada del producto termine mañana

Casi dos semanas después, al fin empezaron las labores de retirada del pescado de la nave quemada el pasado 2 de agosto del polígono de Albal (Valencia). Desde las siete de la mañana, más de 20 camiones se dirigieron ayer a las instalaciones de Universal Pesca para recoger las cajas del pescado todavía congelado y repartirlo por los vertederos elegidos por la Generalitat. A pesar de la escasez de camiones, se calcula que el desalojo habrá terminado mañana, según aseguró el alcalde de la localidad.

"El pescado descongelado no supone ningún riesgo de contaminación"

"Ahora, ¿qué? De momento, retirar todo el pescado y luego ya veremos", exclamaba ayer resignado uno de los trabajadores de la empresa de congelados. A pesar de que la investigación judicial ya está abierta, ahora lo que preocupa es la extracción de las 2.700 toneladas de pescado almacenado. Después de que la planta de residuos de Villena (Alicante) se negara a recibir más carga, el desalojo se retomó ayer, en una jornada en la que se extrajeron unas 600 toneladas, según calculó el alcalde de Albal, Ramón Marí. A mediodía, éste desconfiaba de que se cumpliera con el ritmo previsto del desalojo, ante la escasez de camiones encargados del traslado por el periodo de vacaciones. Sin embargo, por la tarde aseguró que las labores de extracción y transporte estaban adaptándose al ritmo previsto para terminar mañana. Así lo confirmaban algunos empleados de la empresa, al pie de las instalaciones, que comienzan a exhalar mal olor. "Huele a pescado porque las cajas están empezando a descongelarse, pero si hay suerte, el producto no llegará a descomponerse", explicaba ayer el alcalde.

Y es que los encargados de la extracción luchan contra el tiempo para evitar que el producto se descongele y huela mal. Para evitarlo, las máquinas trabajan en dos fases. Por un lado, una máquina retroexcavadora se encarga de derribar los hierros de la estructura de la nave. A primera hora de ayer, ya se había demolido parte del techo y un lateral de las instalaciones. De este modo, se facilita el trabajo de las palas transportadoras, que recogen el pescado y lo cargan en los camiones. El panorama que dibujan lo forman los amasijos de hierros chamuscados, los pedazos del aislante amarillo de poliuretano y algún calamar esparcido por el suelo. Al fondo de la nave, un entramado de cajas apelmazadas, a la espera de ser transportadas a uno de los vertederos de la Comunidad elegidos por la Consejería de Medio Ambiente para repartir el género: Alcora, Alicante, Aspe, Ontinyent, Novelda, Xixona y Villena. El alcalde de Albal pidió tranquilidad a los vecinos de estos municipios, ya que "el pescado descongelado no supone ningún riesgo de contaminación y no hay razón para la alarma social".

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