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Cumbre europea

Merkel impulsa la nueva Europa

Andreu Missé

Europa ha necesitado dos años para recuperar el pulso tras el batacazo que significaron los noes de los ciudadanos de Francia y Holanda a la Constitución. Pero aunque ha sido a costa de increíbles concesiones al Reino Unido y sobre todo a Polonia, la obstinada canciller alemana logró lo que perseguía desde hacía seis meses cuando tomó la presidencia de la UE: pasar la página de la crisis que ha tenido atenazada a la UE desde 2005. Las renuncias de Merkel han evitado una nueva ruptura de Europa. La Unión no tendrá Constitución pero la mayor parte de instituciones y reformas que contenía para agilizar su actuación estarán incluidas en el nuevo Tratado.

Sarkozy: "Asociamos al eje franco-alemán a ingleses y españoles. El apoyo de Zapatero y Blair reforzó todo"
Alemania ha subido varios enteros en su liderazgo europeo, aunque a cambio de ceder poder institucional en la Unión
El nuevo texto, que comenzará a redactarse a finales del mes de julio, agiliza la toma de decisiones
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Se trata de un texto menos ambicioso pero más realista de acuerdo con la diversidad y la descarada exhibición de los intereses nacionales de algunos de sus socios. "El fondo de la Constitución se ha mantenido en gran parte", manifestó la canciller Angela Merkel, poco después de cerrar el acuerdo pasadas las cuatro de la madrugada de ayer. "Hemos renunciado", añadió la canciller, "a todo lo que hacía pensar en un Estado, como la bandera o el himno".

La cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete, celebrada en Bruselas durante los pasados tres días, logró tras agotadoras reuniones bilaterales, aprobar un mandato para convocar una Conferencia Intergubernamental (CIG) que deberá aprobar el Tratado de Reforma, en sustitución de la Constitución Europea, que no pudo prosperar al haber sido rechazada o no ratificada por nueve Estados miembros.

El nuevo texto, que empezará a redactarse a finales de julio, dinamiza y moderniza la Unión. Agiliza la toma de decisiones al eliminar el veto en unas 50 materias, aumenta la proyección exterior de la UE al crear una presidencia estable y aumentar las competencias del Alto Representante -que actualmente ejerce Javier Solana-, consagra la carta de Derechos Fundamentales, aunque limita su ámbito de ampliación; y democratiza el sistema de toma de decisiones al tener en cuenta la población. Aunque este último avance ciudadano no será efectivo hasta 2014 ó 2017, lo que desluce el resultado.

El jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que por primera vez ha participado en negociaciones al más alto nivel, codo a codo con el primer ministro británico Tony Blair y el presidente francés Nicolás Sarkozy, destacó la relevancia del acuerdo: "Europa ha sabido dar una respuesta a una situación difícil después de la no aprobación del Tratado Constitucional". "Se ha conseguido", añadió, "que los aspectos más importantes para el funcionamiento de la Unión estén presentes en la reforma del Tratado con una voz más poderosa en el mundo". Zapatero fue el artífice de los primeros consensos de la cumbre al lograr un acuerdo con Blair -que luego fue asumido por los demás- para aumentar las competencias del Alto Representante y potencias la Política Exterior de la Unión.

Con el pacto de ayer, Alemania ha subido varios peldaños en su carrera por el liderazgo europeo, aunque a cambio de ceder poder institucional en la Unión. Desde su unificación en 1990, pugnaba por obtener una representación más acorde con su población en las tomas de decisiones en el Consejo. En el acuerdo de Niza de 2001, tuvo que aceptar una representación de 29 votos casi igual a la de Polonia, 27, a pesar de que su población era el doble. El nuevo sistema de votación de doble mayoría que introducía la Constitución -55% de Estados y 65% de ciudadanos-, resolvía en buena medida las aspiraciones alemanas al tener en cuenta la población.

Sin embargo, los hermanos gemelos Lech y Jaroslaw Kaczynski, presidente y primer ministro de Polonia, respectivamente, mantuvieron siempre la mirada en el retrovisor y en los agravios históricos-. No estaban ahí para renunciar a sus intereses locales. Cuando al final de la tarde del viernes el clima del acuerdo ya se percibía en varias delegaciones, Jaroslaw Kaczynski amenazó desde Varsovia con "el veto" después de varias semanas de haber aireado su disposición "a morir" sino se aceptaba su sistema de votación. Al final, Merkel optó por sacrificar sus aspiraciones y aceptar las condiciones de los Kacynski, que suponen que el nuevo sistema de votos no entrará en vigor hasta 2014 ó 2017.

La amenaza de veto y la negativa a aceptar la última propuesta alemana habría abocado la cumbre al fracaso. Merkel tuvo entonces la sangre fría de dar un paso atrás y delegar en Sarkozy, Blair, Zapatero y en el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, la negociación directa con el presidente Kaczynski. El buen entendimiento entre Merkel y Sarkozy puso de relieve la revitalización del eje franco alemán. Sarkozy fue incluso más lejos: "Asociamos al eje franco alemán a los ingleses y los españoles", manifestó. Y añadió que "el apoyo de Zapatero y Blair reforzó todo".

Blair subrayó los aspectos prácticos que aportará la reforma a los ciudadanos. "Esto nos permitirá concentrarnos en los problemas que tienen que ver con la economía, el crimen organizado, el terrorismo, la inmigración, el cambio climático y el medio ambiente, la energía, es decir, los problemas importantes para los ciudadanos".

José Manuel Durão Barroso entrega un ramo de flores a Angela Merkel al final de la cumbre europea.
José Manuel Durão Barroso entrega un ramo de flores a Angela Merkel al final de la cumbre europea.ASSOCIATED PRESS

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