España ofrece dos aviones para el puente aéreo humanitario de Francia con Darfur
París pretende llevar a la frontera de Chad con Sudán 20 toneladas de ayuda al día
Francia ha puesto en marcha un puente aéreo destinado a atender a los desplazados en el este de Chad -se habla de unos 150.000-, así como a los refugiados de la región de Darfur, en el oeste de Sudán, alrededor de 240.000, muchos de ellos instalados en este país. Se trata de un servicio de cinco aviones, que comenzaron a volar el domingo, aunque España ha ofrecido participar con otros dos. El objetivo es poder trasladar a la zona unas 20 toneladas diarias de ayuda, alimentos, medicamentos o material, destinado a garantizar la supervivencia de los refugiados.
La propuesta de España la realizó el ministro Miguel Ángel Moratinos durante la cumbre de ministros de Exteriores de la UE en Luxemburgo. "Manifesté que estaríamos dispuestos a participar en lo que es ayudar a los desplazados en la zona de la frontera entre Sudán y Chad", comentó Moratinos, informa Efe. "Necesitaban logística, y España va a participar con dos aviones civiles de transporte para hacer frente a esas necesidades humanitarias", añadió.
Para Francia la intervención en Chad, país del que es antigua potencia colonial, significa también aumentar su presencia militar en la región. En la población chadiana de Abéché ya hay destacados más de 300 soldados franceses y París se dice dispuesto a enviar mil hombres suplementarios.
El ministro de Exteriores francés, Bernard Kouchner, visitó la región hace 10 días y tanteó las autoridades sugiriendo distintas modalidades de ayuda. La ayuda humanitaria gala, así como su modesto despliegue militar, ha servido cuando menos para obligar a cambiar de actitud a los dirigentes sudaneses que ahora se dicen dispuestos a aceptar el despliegue de una fuerza multinacional que integre un 50% de tropas africanas y otro 50% enviado por la ONU.
El presidente Nicolas Sarkozy se comprometió, a lo largo de la campaña electoral en intervenir de manera activa en la resolución de la crisis de Darfur. La coincidencia de intereses entre las inversiones petroleras chinas y el islamismo integrista causa gran preocupación en París, que no puede aceptar que su influencia en África pueda disminuir a partir de la alianza citada.
Los puntos de vista de Sudán y Chad son divergentes. Los dos países sostienen fuerzas rebeldes en el país vecino y hasta ahora han frenado cualquier gesto internacional por temor a que un despliegue de tropas neutrales en la frontera entre ambos países dificultase sus respectivas estrategias de desestabilización.
El próximo 25 de junio, en París, debería celebrarse una reunión sobre el drama de Darfur con un grupo de contacto amplio. Pero esta iniciativa francesa no es del agrado de Jartum. La proliferación de iniciativas -humanitarias y políticas- parece responder al deseo de que se neutralicen entre ellas.
