Una senadora de Colombia augura una inminente liberación de Ingrid Betancourt
Bogotá niega que vaya a tomar medidas de excepción para canjear presos de las FARC por rehenes
Unas declaraciones de la senadora de la oposición Piedad Córdoba desataron ayer la expectación en medios periodísticos y políticos de Colombia. La senadora aseguró que el Gobierno decretaría el estado de excepción para canjear unos 200 guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a cambio de 54 rehenes de las milicias. Entre estos rehenes se encontraría Ingrid Betancourt, ciudadana de nacionalidad francesa y colombiana, ex candidata presidencial ecologista en Colombia, secuestrada por las FARC en 2002.
Córdoba llegó a declarar que la liberación de Betancourt era "inminente". También iba a ser inmediata, según ella, la liberación de Clara Rojas, la candidata a vicepresidenta de Betancourt, y el niño de tres años que ésta tuvo con un guerrillero durante su cautiverio.
El Gobierno de Colombia se apresuró a desmentir que vaya a tomar medidas de excepción para proceder a la liberación de los presos, al ser innecesario. "Es totalmente falso", declaró el ministro colombiano del Interior y de Justicia, Carlos Holguín, que añadió que se procedería "dentro del marco de la legislación vigente". El presidente, Álvaro Uribe, se limitó a decir que sigue en camino el proceso de liberación masiva de presos que anunció hace ocho días.
¿Qué hay detrás de esta decisión unilateral? La confusión, por el momento, es absoluta. Algunos medios sostienen que uno de los guerrilleros liberados por el Gobierno sería Rodrigo Granda, una especie de responsable de Exteriores de las FARC, conocido en Colombia como el canciller de la más antigua organización guerrillera del país. Granda, detenido en Venezuela en 2004, es el combatiente de más alto rango en prisión.
A través de su abogado, Granda hizo saber que saldría de la cárcel, pero para seguir siendo portavoz insurgente y exigir la desmilitarización de dos municipios. Es la condición que exige esta guerrilla, nacida hace más de 40 años, para empezar a hablar de acuerdo humanitario que termine con la pesadilla de los 54 rehenes canjeables.
Críticas y escepticismo
Algunos senadores que apoyan al Gobierno, como Germán Vargas, se han mostrado escépticos frente a esta iniciativa gubernamental y la califican de "sinsentido". La oferta de Uribe también ha encontrado críticas en el frente de las FARC. Muchos de los guerrilleros presos han enviado mensajes diciendo que siguen fieles al pensamiento de sus comandantes y rechazan la oferta del presidente Uribe por considerarla una "cortina de humo".
Se estima que entre 200 y 300 sería el número de guerrilleros excarcelados. Por ahora toca esperar a que el Gobierno, como dijo en la noche del miércoles el presidente Uribe, encuentre la "fecha y oportunidad" para contar la verdad que se esconde detrás de estas extrañas maniobras.
Informaciones de prensa aseguran que fue el propio presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien pidió al presidente Uribe incluir en la lista de los liberados al canciller de las FARC. Grada fue portavoz de la guerrilla en París en el año 2000. Sarkozy se comprometió entonces a hacer todo lo posible por la liberación de Ingrid Betancourt.
Ya como presidente de Francia, Sarkozy reconoció ayer que su país negocia con las FARC la liberación de Ingrid Betancourt, pero admitió que se trata de un asunto "muy complicado, muy sensible", informa Peru Egurbide. "Es un tema muy complejo y no hay que cometer errores", insistió Sarkozy en una conferencia de prensa celebrada en Madrid tras reunirse con el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. "La situación va progresando. No es fácil, pero ya estamos hablando. Créanme, ya sólo esto es una gran noticia", añadió Sarkozy.
El 22 de mayo, el mandatario francés se encontró con el alto comisario colombiano para la paz, Luis Carlos Restrepo, y el 25 de mayo con el presidente Uribe. El anterior primer ministro francés, Dominique de Villepin, también negoció con las FARC y llegó a enviar un avión para rescatar a Betancourt en Brasil en una operación fallida de los servicios secretos franceses.
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