Bruselas reforma radicalmente las ayudas a frutas y hortalizas

La Comisión Europea se ha propuesto reformar de arriba abajo el mercado de las frutas y hortalizas. Ayer presentó una propuesta que supone desvincular las ayudas a los productos transformados y dar la opción de cultivar frutas y verduras con subvenciones de otros cultivos. Agricultura se muestra de acuerdo con el grueso de la propuesta, que está siendo rechazada radicalmente por el sector agrario español.

Con esta propuesta de reforma, Bruselas pretende fomentar la competencia entre los productores, reducir los costes administrativos, acabar con los excedentes e impulsar los cultivos ecológicos. El fomento del consumo de fruta y verdura en las escuelas es otros de los motores de esta reforma legislativa. La nueva OCM mantiene su presupuesto en casi 1.500 millones de euros y prevé su entrada en vigor en 2008

"Queremos un mercado saludable y competitivo", aseguró ayer la comisaria europea de Agricultura, Mariann Fischer Boel, en conferencia de prensa. Tras la reforma de la OCM del azúcar, el sector de las frutas y hortalizas es el último, junto al vino, que faltaba por ajustarse a la nueva filosofía de la Política Agraria Común (PAC).

La reforma planteada por Bruselas, supone una continuidad en los mecanismos de apoyo para el sector de las producciones de frutas y hortalizas en fresco, con una decidida apuesta por potenciar las organizaciones de productores y los programas operativos de las mismas para regular los mercados. No obstante, la Comisión mantiene la ayuda en el 4,1% de las ventas de estas organizaciones frente al 6% reclamado por el sector agrario.

En el caso de las ayudas para la transformación de los productos por la industria, (cítricos, peras, melocotones o tomates), Bruselas propone que sean ayudas desligadas de la producción frente a lo que sucedía en la actualidad. La Comisión asignará a cada país una cifra de ayudas -unos 167 millones para España- y será la Administración de cada Estado quien decida la distribución de los fondos.

Finalmente, un tercer punto novedoso en esta propuesta es la decisión comunitaria de que los derechos de pago único o ayudas asignadas a los agricultores o ganaderos por otras producciones como cereales, tabaco, algodón u olivar, se puedan asignar a superficies de frutas y hortalizas, lo que puede suponer la ruptura de los mercados. Fischer Boel cree por el contrario que con este sistema los agricultores podrán adaptarse mejor a las demandas del mercado sin perder ayudas. Bruselas justifica la propuesta en aras de una total libertad de producción para todo el sector.

En España, la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, manifestó su apoyo a la mayor parte de los puntos, aunque estima que es una propuesta mejorable sobre todo en lo que afecta a los cítricos

Por el contrario, las críticas han sido duras en todo el sector. Desde COAG, su secretario general, Miguel López, estima que estas propuestas pueden suponer el desmantelamiento del sector en beneficio de los productores y la gran distribución de los países del centro de Europa. Para el secretario general de UPA, Lorenzo Ramos no es justificable el optimismo de Agricultura ya que la propuesta va a suponer la desprotección de miles de cultivadores tradicionales. Para el presidente de Asaja, Pedro Barato, Bruselas se ha limitado a desarrollar unas medidas que hasta ahora no han funcionado.

Las frutas y verduras consumen un 3,1% del presupuesto europeo y representan el 17% de la producción agrícola.