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Un autotrasplante de células de cordón cura a una niña con leucemia

La pequeña fue tratada hace más de dos años y no ha sufrido ninguna recaída

El axioma que decía que las células de cordón umbilical no sirven para un autotrasplante ha caído. Médicos de EE UU y Alemania han curado a una niña, que ahora tiene seis años, de una leucemia aguda mediante esta técnica. La intervención se hizo hace más de dos años, y la pequeña E. M. ya no tiene células cancerosas en su sistema inmunitario. La causa del éxito está en que la enfermedad no era de origen genético, por lo que las células trasplantadas estaban limpias, explicó el jefe de la unidad de trasplante de médula del hospital Ramón y Cajal de Madrid, Jaime Pérez.

La ventaja de que enfermo y donante sean el mismo es que se evita el rechazo
El éxito del ensayo se debe a que el origen de la enfermedad no es genético

Del estudio no se puede deducir que el tratamiento sea generalizable, matizan los autores del ensayo en el artículo que ha publicado la revista oficial de la Academia estadounidense de Pediatría, Pediatrics. Pero plantea que guardar la sangre de cordón -una práctica que comenzó a finales de los ochenta en Estados Unidos- no es sólo un acto altruista, sino que puede ser útil para el uso propio.

El uso de células madre del cordón umbilical para tratar la leucemia ya fue postulado en 1998, pero entonces los autores consideraban que tenía que ser un material de niños sanos. "Si la leucemia es genética, es muy probable que las células tengan un defecto; pero no todas tienen esta causa", afirmó ayer el director de Secuvita, Santiago Luengo, la filial española del banco privado que había guardado las células de la niña.

Los autores del estudio afirman que es el primer caso documentado del uso de esta técnica para tratar esta enfermedad, aunque admiten la existencia previa de otros dos: una curación de un neuroblastoma y una anemia aplástica.

El caso de E. M. es excepcional. Los padres han admitido que firmaron la autorización para conservar las células de la sangre del cordón umbilical casi por inercia, junto a los permisos para otros procedimientos normales durante un parto. El médico que obtuvo la muestra nunca lo había hecho antes, y al principio trató la sangre como se hace con las muestras que se recogen para una transfusión. Pero tras casi un día a temperatura ambiente, las bolsas con la sangre (85 mililitros divididos en tres paquetes) llegaron a la nevera de CorCell, una empresa privada estadounidense. La familia pagó 995 dólares (769 euros al cambio de ayer) como inscripción, y 85 dólares (65,7 euros) al año como mantenimiento.

Casi se habían olvidado de que ese material estaba guardado cuando, al cumplir tres años, detectaron que la niña padecía una leucemia. Al principio, intentaron los tratamientos tradicionales (quimioterapia y radioterapia), que tienen un éxito del 80%. Pero el caso de su hija era más difícil, y a los cuatro meses se agravó.

Entonces -en 2003-, los médicos plantearon a la familia la posibilidad de someterla a un trasplante de células de cordón umbilical. Al principio buscaron sin éxito un donante que fuera compatible, que es el procedimiento estándar [y el que han seguido, por ejemplo, 350 familias en España]. Pero ante la falta de resultados los médicos que la trataban decidieron probar el trasplante autólogo (de células procedentes del propio paciente).

Para realizar esta práctica siguieron el protocolo de cualquier trasplante de células madre hematopoyéticas. Primero sometieron a la niña a elevadas dosis de quimioterapia y radioterapia, hasta que destruyeron por completo su sistema inmunológico. El objetivo de este tratamiento es eliminar cualquier rastro de célula cancerosa de la médula de la niña.

Mientras tanto, los médicos tomaron una muestra de la sangre, que llevaba tres años congelada, y analizaron si tenía genes cancerosos. El resultado fue negativo, por lo que descongelaron el resto y se la transfundieron a la niña. A los 15 días comprobaron que estas células madre habían arraigado, y que empezaban a producir linfocitos sanos. Y así hasta hoy día, en que la niña sigue sana. Los médicos sostienen que aunque todavía es posible que haya una recaída, lo consideran "improbable", ya que si el tratamiento va mal lo normal es que ésta aparezca antes de un año.

"La ventaja de esta técnica frente al trasplante de células de otro donante es que así no hay rechazo", afirma Luengo. El ensayo tenía otro punto a su favor: el hospital infantil Advocate Hope, de Oak Lawn (Illinois) ni siquiera tuvo que pedir un permiso especial al comité ético para hacerlo, porque se consideraba que era un experimento seguro.

La publicación del trabajo, aunque se trata de un solo caso, cambia el debate sobre la utilidad de los bancos de cordón umbilical. Desde 1988 los científicos han apuntado que este material, fácil de conseguir y barato de conservar, puede ser la solución para una serie de enfermedades. La idea de que además pueda ser utilizada en provecho propio es un añadido (una opción que los centros públicos no excluyen, por lo menos en España).

El director de la filial española del banco alemán Vita, que participó en el ensayo, apunta que ya hay siete enfermedades que pueden tratarse con esta técnica. En general, como afirma el director de la unidad del hospital Ramón y Cajal de Madrid, todas las dolencias susceptibles de ser tratadas con un trasplante de cordón de un donante y que no sean genéticas entran dentro de esta categoría.

LA POLÉMICA POR LA GESTIÓN DE LOS BANCOS DE CORDÓN UMBILICAL

- En el mundo hay almacenadas 211.000 muestras de cordón umbilical, de las que el 10% están en España.- Alemania, Bélgica, EE UU, Reino Unido y Polonia permiten bancos privados. España los ha autorizado con restricciones. Italia y Francia los prohíben.- En España, el Ministerio de Sanidad prevé que todos los cordones, estén en manos públicas o privadas, sean accesibles para los enfermos que los necesiten.

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