El presidente palestino alaba la iniciativa e Israel guarda silencio
Irán dice que la salida de EE UU no requiere ninguna negociación
Con aprobación y con un silencio elocuente se pronunciaron ayer, respectivamente, palestinos e israelíes sobre la propuesta del Grupo de Estudio sobre Irak, que pretende poner coto al caos que devasta el país árabe. Si infinidad de analistas aseguran que el principio del fin de la guerra de Irak pasa por Jerusalén, uno de los puntos principales del documento presentado ayer al presidente George W. Bush recomienda reiniciar con vigor las negociaciones diplomáticas entre Israel, Siria y Líbano para alcanzar acuerdos de paz.
"El informe ha diagnosticado bien" la situación, declaró Nabil Abu Rudeina, portavoz del presidente, Mahmud Abbas. "El arreglo del conflicto entre Israel y los palestinos abrirá el camino para la solución de los problemas de Oriente Medio. Toda solución debe comenzar en Palestina". El movimiento islamista Hamás, que controla el Gobierno palestino, también expresó sus deseos de que el informe sea un instrumento en la solución del conflicto palestino.
No se conocía anoche la reacción oficial de Siria, pero es obvio que el Ejecutivo de Damasco verá con buenos ojos lo que no deja de ser todavía una propuesta. Todo lo que sea implicarse en negociaciones con la comunidad internacional supondrá quebrar el aislamiento al que está sometido el régimen sirio desde que hace dos años se aprobara la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que ordenó la retirada de sus soldados de Líbano, y que se acentuó tras el asesinato, en febrero de 2005, del ex primer ministro libanés Rafik Hariri, del que las potencias occidentales acusan a los cuerpos de seguridad de Damasco. El comentarista político sirio Ayman Abdel Nour, miembro del ala reformista del oficialista Partido Baaz, dijo a la agencia Reuters que la recomendación sobre Siria del informe Baker era "sabia".
Israel guardó un silencio llamativo. El asunto más espinoso del informe alude a la necesidad de que el Estado judío entable negociaciones con Siria, Líbano y la Autoridad Nacional Palestina, excluyendo a Hamás, que rechaza el reconocimiento formal de Israel.
Y no podrá ser bien recibida la alusión explícita del informe respecto al territorio ocupado de la meseta del Golán, conquistada a Siria en 1967, que el informe indica que deberá ser devuelto "con la garantía ofrecida por EE UU, que podría incluir el despliegue de una fuerza internacional en la frontera con tropas estadounidenses si ambas partes lo requieren". El primer ministro israelí, Ehud Olmert, ha rechazado tajantemente los recientes ofrecimientos del presidente sirio, Bachar el Asad, para negociar un acuerdo de paz. Israel dice que no dialogará con un régimen que acoge a organizaciones palestinas que considera terroristas y que respalda al movimiento fundamentalista libanés Hezbolá. Sin ir más lejos, el ministro del Interior, Roni Bar-On, instó ayer a acelerar la colonización del Golán, donde ya viven 17.000 judíos.
En Holanda, donde se encontraba de visita, el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Manuchehr Mottaki, aseguró por su parte que "la decisión de Estados Unidos de retirarse (de Irak) no necesita ninguna negociación con Irán o con otros países de la región", informa Isabel Ferrer. "El informe Baker es interesante en algunos puntos. Parece que hay aspectos de la política estadounidense respecto a Irak que se consideran erróneos. La prioridad no es negociar, sino tomar una decisión. El problema iraquí se resolverá con la retirada de EE UU. Y eso no necesita de ningún diálogo con Irán".
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