Eufórico 20º aniversario
Colombia avanza sus actividades para 2007 en el cierre de la feria
Faltaba apenas mes y medio para que empezara la feria y sólo había siete editoriales inscritas. A ese ritmo, no iba a ser ni internacional ni feria. A lo sumo, motivo de chanza desde la centralista México DF y prueba empírica del escepticismo de los editores mexicanos. La convocatoria se salvó in extremis. De ello hace 20 años. Ahora, todo ha cambiado radicalmente, hasta el extremo de que ayer se cerró la 20ª edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) con un balance espectacular: sobrepasando por primera vez el medio millón de visitantes (525.000), con 16.740 profesionales del sector (casi un 10% más que el año pasado) y anunciando a la potente Colombia como invitada de 2007. Pero también con la sensación, por vez primera, de que habrá que administrar bien el certamen en el futuro porque de éxito también se puede morir.
Nubia Macías: "No podemos crecer mucho más sin desbordarnos"
"Es evidente que no podemos crecer mucho más sin desbordarnos, un 3% más, pero hasta ahí", admitía ayer la directora general de la feria, Nubia Macías. La responsable técnica de la FIL es consciente de que el salón "está llegando al punto ideal y a partir de aquí hay que mejorar en calidad, no en cantidad". En esa línea, reconoció que tiene ya para el año próximo 40 solicitudes para ampliar espacios por parte de grandes expositores. Difícilmente podrá servirlas porque la feria ya ocupa incluso áreas fuera de su recinto, como las actividades infantiles, que invaden parte del aparcamiento en un espacio que este año ha recibido 84.495 niños, 5.000 más que el año pasado.
Todos los números de la edición del 20º aniversario son potentes. Excepto el de editoriales representadas (1.608, seis menos que en 2005), todo supera la convocatoria anterior. Ha crecido el número de agentes literarios (110), de los medios de comunicación acreditados (439), de los foros literarios (24, un tercio más que en 2005) y se ha doblado el número de patrocinadores, que ya son 42.
Si bien el salón tiene una imagen internacional que lo hace único -el contacto entre lectores y escritores, que da color y hace de contrapunto a las actividades académicas y profesionales-, esa vertiente profesional, con su derivada de negocio, es vital. A la feria le costó seis años ser autosuficiente en lo presupuestario. Ayer, sin embargo, se habló de cuatro millones de dólares (tres millones de euros) de inversión y de un retorno de 4,5, sin contar las aportaciones de los patrocinadores. Pero los inicios no fueron así. Los bajos índices de lectura, el hacerse fuera de la capital mexicana y la pregunta "¿Ir para vender qué a quién?" lastraban el nacimiento de la feria. La clave estuvo en detectar que había un millar de bibliotecas de EE UU que compraban libros en español y que, en cambio, no tenían un evento profesional donde hacerlo.
Una carta mágica del entonces director de la Feria de Francfort, Peter Weidhaas, recomendando un encuentro vendido con más ilusión que entonces bien perfilado, convenció a 92 compradores de EE UU. El efecto fue inmediato: los editores mexicanos se apuntaron. Este año han asistido 220 bibliotecarios -de entre los 700 profesionales de EE UU-, que han comprado en la FIL por valor de tres millones de dólares.
Cuesta al visitante de la actual FIL imaginar que los ahora casi cuatro campos de fútbol de superficie de la feria, con stands de hasta dos pisos, cálidos expositores de madera y espectaculares diseños, y que ahora parecen insuficientes, fueron el 28 de noviembre de 1987 un conjunto de expositores con estanterías iguales para todos, muy pesadas y pintadas con una discreta combinación de azul y amarillo.
Un ambiente muy distinto a ése es el que se encontrará y ayudará a crear Colombia, próxima invitada de honor, propuesta que el país de Gabriel García Márquez ya recibió en 1993 y que no pudo aceptar por no tener ni siquiera entonces Ministerio de Cultura. Su titular hoy, Elvira Cuervo de Jaramillo, adelantó algunas de las actividades de la actual tercera industria editorial de Latinoamérica, entre las cuales estarán dos exposiciones artísticas -una sobre el mundo del oro y otra sobre el pintor impresionista del XIX Andrés de Santa María-, otra sobre 40 escritores del post boom y un homenaje al escritor Álvaro Mutis. No, no hubo olvido. El homenaje a Gabo tendrá lugar en el marco del IV Congreso Internacional de la Lengua Española, que acogerá Cartagena de Indias del 26 al 29 de marzo de 2007. Allí se celebrarán nada menos que los 80 años del escritor, los 25 de su Premio Nobel y los 40 de la aparición de Cien años de soledad. Y es que Colombia hará bingo literario en 2007 porque Bogotá también será la Capital Mundial del Libro, con el apoyo de la Unesco.
Babelia
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