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Entrevista:LA SITUACIÓN EN BOLIVIA | JORGE QUIROGA

"Evo tiene que liberarse de la tutela chavista"

Jorge Quiroga, de 46 años, ingeniero industrial, aterrizó precozmente en la política boliviana. A los 32 años fue ministro de Hacienda, y en 2001 ocupó durante un año la presidencia del país, tras la renuncia de Hugo Bánzer. Artífice de los acuerdos comerciales preferenciales con EE UU, se presentó, con Poder Democrático y Social (Podemos, centro-derecha), a las presidenciales de 2005, en las que fue derrotado por Evo Morales. Hoy es el jefe de la oposición.

Pregunta. Choques entre mineros, rumores de golpe, huelgas... ¿Qué está pasando?

Respuesta. El Gobierno tiene dificultades para cumplir sus compromisos. El Movimiento Al Socialismo (MAS) era una agregación de movimientos sociales (mineros, cocaleros) para formar un proyecto electoral. Cuando uno suma reivindicaciones sectoriales y llega al poder, esos sectores exigen lo pactado. Y a eso se une la retórica agresiva del Gobierno. Que el vicepresidente inste a tomar las armas o que una ministra, machete en mano, felicite a grupos de bloqueadores legitima el todo vale.

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P. ¿Y los rumores de golpe?

R. Llevamos una docena de denuncias de compló en nueve meses: una por mes. Es parte del modelo de chavista: siempre buscar culpas externas. La última versión de golpe viene de una página web que maneja el señor Chávez. Y luego él manda a Bolivia a su canciller a que "averigüe lo que está pasando", como si fuera el dueño de la finca. En la próxima cumbre iberoamericana de Montevideo, mire la foto de familia y dígame quién de los presentes ha participado en un golpe militar: sólo él. Que venga a darnos lecciones es una afrenta a unas fuerzas armadas que, desde 1982, han tenido un comportamiento democrático ejemplar.

P. Según el Gobierno, la economía va bien y Bolivia acabará el año con un superávit presupuestario del 1,5%.

R. Tenemos una fabulosa situación económica externa en Suramérica. Hay una combinación mágica de tres elementos: altos flujos de inversión por las bajas tasas de interés en EE UU y Europa, flujos gigantescos de remesas de la emigración y los precios de las materias primas (hidrocarburos, zinc, plata o soja) están por las nubes. Es la mejor coyuntura en 30 años. La pregunta es qué estamos haciendo para aprovecharla. El clima de convivencia, la seguridad jurídica, la lucha contra la pobreza y la capacidad de gestión tienen serias lagunas. Vivimos una pérdida de esperanza, expresada en el éxodo de bolivianos a España: 13.000 salieron oficialmente en septiembre.

P. ¿Qué perspectiva ve a la negociación con las petroleras?

R. Apenas tenemos información. Esperamos que el Gobierno garantice las mejores condiciones para el Estado boliviano y las inversiones necesarias para desarrollar el sector de los hidrocarburos, porque nuestra capacidad de producción es limitada.

P. ¿Cuál es su pronóstico para la Asamblea Constituyente?

R. El país necesita cambios profundos y un nuevo pacto social, pero es esencial que se respete la democracia, la ley y los poderes constituidos. En Bolivia se requiere mayoría calificada (de dos tercios) para cambios constitucionales, y el Gobierno quiere cambiar las reglas retroactivamente. No queremos replicar el modelo chavista, de hacer de la Constituyente un centro de poder que descabece las instituciones.

P. Ellos esgrimen que desean hacer un cambio profundo.

R. Cambio profundo queremos hacer todos. Nosotros hemos presentado una propuesta de Constitución con más de 200 artículos para cambiar el régimen económico y judicial, desarrollar las autonomías, integrar a las poblaciones indígenas... El Gobierno sólo habla de un cambio revolucionario, pero llega un momento en que hay que dejar la consigna y hacer propuestas.

P. ¿En qué se traduce la influencia de Chávez?

R. Su grado de injerencia es intolerable. Él vino a lanzar la campaña de la Constituyente del MAS, nos ordenó hacer una confederación andina, hizo su programa Aló presidente en el canal estatal, dando la palabra a ministros, a generales y al propio presidente boliviano. Era insultante. Tenemos que buscar nuestro propio camino y lograr consensos, pero eso requiere que el Gobierno se libere de la tutela chavista y abandone la agresividad y la imposición.

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