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Entrevista:LA SITUACIÓN EN BOLIVIA | JAIME PAZ ZAMORA

"No se puede construir el futuro desde el rencor"

Jaime Paz Zamora, de 67 años, es uno de los políticos latinoamericanos más curtidos. Fundador del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), antes de llegar a la presidencia (1989-1993) sufrió la cárcel y el exilio y sobrevivió, en 1980, a un atentado que le dejó quemaduras indelebles en su rostro. Desde su propia experiencia, Paz cree fundamental apuntalar la democracia.

Pregunta. Haga una radiografía de la gestión de Evo Morales.

Respuesta. Desde 1978, Bolivia ha ido instaurando un proceso democrático incluyente que funciona, y el Gobierno de Evo Morales es la prueba. Esto ocurre en un momento en el que los precios de las materias primas están al tope y las remesas inyectan grandes recursos. Dentro de Bolivia, el triunfo de Morales se percibió como la posibilidad de terminar con la inestabilidad y de atacar la pobreza. La comunidad internacional vio en Evo al Mandela andino, capaz de construir una democracia moderna en un país con matriz indígena. Hoy, de repente, no es Mandela, sino Mugabe. No es Suráfrica, sino Zimbabue. Y dentro del país, se percibe un proceso de disgregación social.

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P. ¿Por qué motivo?

R. Hay un problema de fondo: el dilema Lula-Evo. Lula viene de una izquierda muy radical, pero cuando llegó al poder no lo dudó: gobernó para Brasil, no para el Partido de los Trabajadores. Evo no ha resuelto si gobierna para Bolivia o gobierna para su partido y sus estrechos esquemas ideológicos, que vienen de nacionalismos indigenistas retro, o de marxismos empolvados, o de jacobinismos que le llevan a guillotinar el pasado. Evo tiene que resolver sin confrontación ciertas ecuaciones: recursos naturales-inversión extranjera; desarrollo-equidad, o el tema de la tierra. Con una visión rencorosa del pasado no se puede construir el futuro. No puede ser que el rencor tenga una primera fecha, 500 años, y que se desplace sobre el proceso democrático del cual él y su Gobierno son producto.

P. Quienes no parecen aceptarle ahora son sus propias bases.

R. Al no haber impulsado el consenso, incluso los sectores que le apoyan han empezado a generarle conflictos. ¡Cómo no se van a ir a las armas los mineros, si el vicepresidente dice que hay que sacar los fusiles de debajo de los ponchos! La otra ecuación que debe resolver Evo es si toma en serio o no la democracia y sus instituciones, a las que no está respetando, en su deseo de anatematizar el pasado. Todos tenemos que ayudar, porque no podemos permitir un paso atrás en la democratización. También me preocupa lo que veo en Europa: la primera euforia con Evo Morales ha dado paso al desconcierto y a una parálisis preventiva. Veo a Bolivia aislada.

P. ¿Qué pasos debería dar Morales para restablecer la confianza interna y externa?

R. Gobernar para el país. Atraer las inversiones. Llegar rápidamente a un acuerdo con las petroleras. Profundizar en el proceso democrático y darle mayor contenido social. Respetar las autonomías regionales. Y respetar las instituciones. No puede usar la justicia con fines políticos mezquinos. Se tiene que despojar de un prejuicio que lo lleva a una especie de paranoia, de ver enemigos en todas partes, cuando en Bolivia hay un ánimo de entendimiento. La instauración de la democracia en Bolivia ha sido una revolución, y él tiene que hacer una revolución dentro de esa revolución, logrando la cohesión interna. Hay pasos positivos. Si las negociaciones con las petroleras dan su fruto, será un indicio de que Evo comienza a gobernar para Bolivia y no para sus fantasmas ideológicos. La propia Asamblea Constituyente ha comenzado a avanzar, tras un momento de colapso. En estos nueve meses se ha dicho, con virulencia, que la Constituyente era la refundación del país, con esa visión sectaria del pasado.

P. Ése es el modelo de Hugo Chávez.

R. Entre Bolivia y Venezuela siempre ha habido una relación particular, desde Bolívar, que da nombre a nuestro país. Sobre esa base, el presidente Chávez está pasando los límites de la solidaridad con Bolivia. Si Venezuela quiere cooperar, muy bien, pero en ese paquete no tiene por qué venir el discurso de Chávez.Evo Morales tiene que tener su propia ruta crítica y resolver las ecuaciones desde los intereses bolivianos.Y lo digo como amigo de Chávez.

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